La última década ha puesto a prueba a los inversores en renta variable. La crisis financiera mundial, la crisis de la zona euro, las consecuencias del tapering o posible reducción de estímulos por parte de la Fed, la desaceleración del crecimiento de la economía china… Cada crisis se ha caracterizado por un incremento de la […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
La última década ha puesto a prueba a los inversores en renta variable. La crisis financiera mundial, la crisis de la zona euro, las consecuencias del tapering o posible reducción de estímulos por parte de la Fed, la desaceleración del crecimiento de la economía china… Cada crisis se ha caracterizado por un incremento de la volatilidad y caídas significativas de los mercados. Aquellos inversores que piensen que las subidas en renta variable implican siempre y en todo caso altos niveles de riesgo, deberían reconsiderar tal hipótesis.
En el año 2007 lanzamos en Amundi una estrategia innovadora que buscaba invertir en una selección diversificada de acciones europeas que en condiciones de estrés experimentase una volatilidad colectiva menor que la del mercado de acciones europeo en su conjunto. El fondo Amundi Funds Equity Europe Conservative sigue una estrategia similar que permite al inversor participar en el potencial alcista de la renta variable europea, pero con un probable menor potencial bajista, con el objetivo de proporcionar una rentabilidad total superior al índice en un horizonte a 5 años. El fondo fue lanzado en 2009 con un estricto proceso de inversión y de construcción de cartera, invirtiendo únicamente en acciones europeas de calidad dentro de un universo de mediana y gran capitalización.
Los resultados de la estrategia hablan por sí mismos. Desde la crisis griega en 2010, las caídas máximas anuales del índice MSCI Europe se han medido en doble dígito, mientras que las caídas del fondo han sido menores en cada uno de los casos. Los retornos anuales por su parte han estado en línea o por encima del mercado.
Las acciones de baja volatilidad de nuestra cartera son defensivas por naturaleza, pero participan en los rebotes del mercado, de forma que el inversor no tenga que sacrificar rentabilidad por seguridad. El patrón de rentabilidad prueba que una volatilidad más baja es compatible con el crecimiento, ya que la rentabilidad de la estrategia es mejor que la de su índice de referencia tanto en ciclos de mercado alcistas como bajistas.
Las compañías en cartera tienen una serie de características específicas. Tienden a ser más rentables que sus homólogas, a mostrar un mayor nivel de eficiencia operativa y a estar menos endeudadas. Los gestores analizan típicamente métricas como el retorno sobre activos (ROA), sus resultados antes de intereses e impuestos (EBIT), o el ratio de apalancamiento para realizar sus elecciones.
Así, buscamos valores que puedan resistir condiciones difíciles y prosperar cuando se reanude el clima de crecimiento. Las acciones también son elegidas por su potencial de diversificación. Así, el equipo busca activamente identificar aquellos valores que reaccionan de la forma más diferente posible al resto de la cartera ante los acontecimientos del mercado, con el fin de "amortiguar los baches del camino", especialmente en mercados turbulentos. La cartera, que cuenta globalmente con alrededor de 90 valores, ha demostrado su capacidad de capear las caídas del mercado participando completamente de las subidas de las bolsas con una menor volatilidad.
Director de Soluciones Eficientes en Riesgo de Amundi