La decisión que tomó ayer Mario Draghi, presidente del BCE, ya hacía presagiar que de la reunión entre Schäuble y Varoufakis no iba a salir nada bueno. El desacuerdo de Alemania con las propuestas de Grecia de abordar una relajación para su deuda ha sido total. La mano derecha de Merkel no ha movido ni […]
Dirigentes Digital
| 05 feb 2015
La decisión que tomó ayer Mario Draghi, presidente del BCE, ya hacía presagiar que de la reunión entre Schäuble y Varoufakis no iba a salir nada bueno. El desacuerdo de Alemania con las propuestas de Grecia de abordar una relajación para su deuda ha sido total. La mano derecha de Merkel no ha movido ni un ápice la posición del país desde que Syriza ganara las elecciones.
Schäuble, en la posterior comparecencia, ha dicho que la sintonía ha sido nula pero que ha habido un diálogo intenso y fructífero. El titular de finanzas ha explicado que Grecia debe seguir negociando con la troika, una enmienda a la totalidad de hacer desaparecer la institución que había planteado Varoufakis ante el presidente del Eurogrupo, el pasado viernes.
"Naturalmente respetamos la voluntad de los electores griegos, pero también hay que respetar la voluntad de los electores en otros países europeos", ha señalado, pero "las reformas y las inversiones son indispensables".
El ministro alemán recordó que en su reunión con Tsipras antes de las elecciones ya manifestó su oposición a las medidas que llevaba el programa electoral de Syriza, como subir el salario mínimo o aumentar las contrataciones de la administración pública.
Varoufakis ha compartido el punto de vista con Schäuble sobre que están en polos opuestos. El ministro griego ha dicho que no ha planteado una negoción de deuda y ha seguido firme en su posición, "Grecia necesita una solución ya, "Es hora de poner fin a la bruta indignidad a la que se ha visto obligada".