Mirada dura y media sonrisa, que ocultan con un telón de acero la jugada que guarda en su mano. Una ventaja para cualquier jugador de póker con aspecto agresivo. El nuevo ministro de Finanzas de Grecia podría protagonizar una película de timbas de bajos fondos o incluso una nueva entrega de Jungla de cristal. Mirada dura y media sonrisa, que ocultan con un telón de acero la jugada que guarda en su mano. Una ventaja para cualquier jugador de póker con aspecto de pendenciero.
A Varoufakis le gusta jugar fuerte y ya lo demostró el pasado viernes frente al presidente del Eurogrupo. En un encuentro que parecía más de cortesía y donde las fricciones no debían aparecer ante los medios de comunicación, Varoufakis no se cortó y mandó a tomar viento a la troika, con buenas palabras y ante la incomodidad de Dijsselbloem.
Varoufakis está apareciendo en las televisiones de media Europa con una gira con distintos dirigentes para exponer que la única salida de Grecia es una renegociación de la deuda. El economista de 52 años con una dilatada carrera académica es un especialista en teoría de los juegos, una disciplina de la economía cercana a las matemáticas que pone en valor las probabilidades para saber si un sujeto va a tener éxito en su cometido, teniendo en cuenta a otros agentes. Su aplicación está muy vinculada a la negociación y al sector empresarial. Tsipras ha elegido a la persona perfecta, desde el punto de visto teórico para negociar en una Europa llena de intereses cruzados.
El ministro griego no es un cualquiera en el mundo académico. Es catedrático de Teoría Económica en la Universidad de Atenas y profesor visitante en la Universidad de Texas. Ha sido profesor titular de Economía en el Departamento de Economía de la Universidad de Sydney. También imparte clase en la Universidad de Atenas, aunque actualmente está en excedencia. Sus investigaciones y publicaciones han tenido gran repercusión en el mundo académico y en la opinión pública interesada en la economía. El certero análisis que realizó en El Minotauro global. Estados Unidos, Europa y el futuro de la economía mundial sobre la crisis financiera desatada en 2008, le catapultó a ser un economista de referencia a escala mundial.
También ayudó su capacidad mediática y divulgadora. Hasta 2006 fue asesor del primer ministro griego Papandreu, luego se convirtió en su peor pesadilla. Fue de las voces más críticas y polémicas contra el Gobierno socialista que valió para ser asiduo en tertulias políticas en Grecia y uno de los principales expertos consultados por los medios anglosajones durante la crisis de deuda soberana.
Varoufakis ha comenzado a jugar la partida con sus cartas levantadas. Es un bloguero habitual y se mueve con facilidad en las redes sociales. Uno de sus últimos trabajos académicos, junto a Stuart Holland y James K. Galbraith, lo tiene publicado en su web, Una modesta proposición para resolver la crisis de la Eurozona. En él explica algunas de las líneas maestras de lo que demanda Grecia como un proceso de reestructuración mancomunada de deuda y se detalla cómo deberían financiarse los Estados a través de la emisión de eurobonos.
Los autores advierten que las medidas que se deberían adoptar se realizarían dentro de la legalidad de los tratados y respetando las actuales instituciones. Entre ellas destacan un plan de estímulos con inversiones en la economía productiva gracias al excedente de liquidez del sistema financiero y un Programa de Solidaridad Social de Emergencia. La partida acaba de empezar.