Lentamente avanza la recapitalización de la banca italiana, con Bruselas analizando el fondo de rescate de 20.000 millones de euros implementado por el Gobierno, y UniCredit cerrando su ampliación de 13.000 millones de euros. Mientras, la economía transalpina logró en 2016 su expansión más rápida de los últimos seis años, y el stock de préstamos […]
Dirigentes Digital
| 28 feb 2017
Lentamente avanza la recapitalización de la banca italiana, con Bruselas analizando el fondo de rescate de 20.000 millones de euros implementado por el Gobierno, y UniCredit cerrando su ampliación de 13.000 millones de euros. Mientras, la economía transalpina logró en 2016 su expansión más rápida de los últimos seis años, y el stock de préstamos en mora se reducía en el primer semestre del año pasado en 4.000 millones, hasta los 356.000 millones… Pequeñas gotas en un mar en el que los préstamos incobrables equivalen al 84% del capital de las entidades (datos también de junio de 2016); en el que el crédito apenas aumenta para los hogares y sigue contrayéndose a las empresas; y en el que estos pasos adelantes apenas se dejan notar en la cotización de unos valores financieros casi desangrados. Mientras, alerta Capital Economics, hay “indicios de que los depositantes están empezando a perder la confianza. Los depósitos totales en la banca italiana han seguido aumentando, pero los residentes no italianos han sacado su dinero (…) en lo que podría ser una señal temprana de fuga de capitales”. Por otra parte, añaden estos expertos, “los problemas estructurales de la industria probablemente perduren. Pues el sector se compone de un gran número de pequeñas entidades que no pueden aprovechar las economías de escala, perjudicando su rentabilidad a largo plazo”. Concretamente, recuerdan que, teniendo en cuenta los estímulos monetarios y fiscales de los que disfruto Italia el año pasado el crecimiento fue muy lento. “Creemos que el avance del PIB se ralentizará este 2017 y será débil de aquí en adelante”. Así, consideran que “la banca italiana sigue siendo vulnerable a la pérdida generalizada de la confianza inversora y de los depositantes, lo que podría dispararse si los partidos anti-euro ganan apoyo antes de las próximas elecciones generales”, que podrían adelantarse de 2018 a este mismo ejercicio. En este sentido, desde Allianz Global Investors (GI) creen que si finalmente asistimos a una crisis política severa en Italia, “podríamos ver una huida de la banca italiana y europea en general que desencadene una crisis similar a la vista en 2010-2011”. Sin embargo, apuntan, “es demasiado pronto para especular sobre una victoria de los populistas, especialmente teniendo en cuenta los comicios que se celebrarán antes en Holanda y Francia”.