¡Es la economía! Aunque, lo cierto, es que buena parte del voto en el Referéndum británico no estuvo dominado por la economía. Quizás es precisamente por esto que nos ha sorprendido a todos. ¿Son obsoletas las previsiones macro previas a la consulta? Espero que no… Los economistas repetimos sin cesar que el impacto económico negativo […]
Dirigentes Digital
| 29 jun 2016
¡Es la economía!
Aunque, lo cierto, es que buena parte del voto en el Referéndum británico no estuvo dominado por la economía. Quizás es precisamente por esto que nos ha sorprendido a todos.
¿Son obsoletas las previsiones macro previas a la consulta? Espero que no…
Los economistas repetimos sin cesar que el impacto económico negativo internacional del Brexit será limitado a corto plazo. Y creo firmemente que será así. Pero, el dinero es miedoso. Y el miedo es racional.
De hecho, el mayor potencial impacto económico negativo a corto plazo se deriva, en mi opinión, de la percepción de riesgo desde los mercados financieros. Estos son también agentes económicos. Es fácil de entender entonces las llamadas de atención desde las autoridades monetarias internacionales… la promesa de tomar medidas para reconducir la inestabilidad en los mercados. Ya lo han hecho, por otras razones bien diferentes a la actual, en el pasado. Y por el momento ha funcionado.
¿Y la incertidumbre? Sobre este tema hay muy poco que los bancos centrales puedan hacer. Esquivando la cuestión política, se esmeran en pedir que las autoridades económicas acompañen a la política monetaria expansiva con reformas estructurales y medidas fiscales (con el margen que haya… aquellos países que tengan margen). Al final, el objetivo es doble: propiciar ajustes en la oferta mientras se apuntala la demanda. Por el momento, con una acogida desigual y en general limitada.
Pero, antes reiteraba que es pronto para considerar obsoletas las previsiones macro anteriores al Referéndum. Y lo mantengo, pese a que en los últimos días aumenta el número de los temen una nueva fase de desaceleración económica mundial. Comenzando por la economía norteamericana.
Hace muchos meses comprendí que cualquier previsión sobre el escenario económico mundial debería considerar el "equilibrio" entre la evolución de la economía norteamericana y la economía china. La principal economía de países emergentes y la economía más grande en los países desarrollados. En la parte final del año pasado, fueron las perspectivas de un mayor crecimiento de la economía norteamericana las que amortiguaron los miedos de una desaceleración más intensa de lo esperado en la economía china; en los primeros meses de este año ha ocurrido precisamente lo contrario. Entre medias, el ritmo de crecimiento mundial se ha desacelerado hasta niveles estimados por debajo de su crecimiento tendencial por encima del 3%.
¿Dónde estamos ahora? Los últimos datos de las economías china y norteamericana apuntan a una moderación en el ritmo de crecimiento, aunque en ambos casos en niveles no diferentes a las previsiones oficiales. Dicho esto, también es cierto, las previsiones de crecimiento oficial se están reduciendo. Y esto es más evidente en el caso de la economía norteamericana.
Permítanme recuperar la nota del FMI a la que me refería antes.
¿Las principales conclusiones?
– Growth is above 2 percent: we expect the economy to grow above 2 percent this year and next, more specifically 2.2 percent in 2016 and 2.5 percent in 2017.
– Unemployment is well below 5 percent: in the past year an average of 200,000 new jobs were created every month, and household incomes are rising at a healthy clip.
– Four "forces" pose a challenge to future growth: beyond the important recent achievements, however, we need to look forward to what will be needed to ensure strong, sustained and balanced growth in the years ahead. Here, I would highlight in particular the four P’s.
Al final, se revisa a la baja la previsión de crecimiento.
Pero, se mantiene el optimismo hacia el futuro.
Con todo, un futuro que viene condicionado por las "cuatro fuerzas" a las que se refiere en el último punto. Y aquí hablamos de la caída de la tasa de actividad, de la baja productividad, del aumento de la pobreza y de la desigualdad social.
¿Qué tienen que ver los cuatro factores anteriores con la Fed? Nada. Y este es precisamente un problema. De ahí la demanda de reformas estructurales y ajustes en la economía….también en Estados Unidos.
José Luis Martínez Campuzano es portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).