Syriza ha conseguido posicionarse como la fuerza política favorita según los sondeos realizados en los últimos días antes de las elecciones. Sin embargo, aunque las encuestas dan por hecho que se sitúe como el partido más votado y llegue a conseguir el bonus de 50 escaños que se establece para quien lo logre parece más […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2015
Syriza ha conseguido posicionarse como la fuerza política favorita según los sondeos realizados en los últimos días antes de las elecciones. Sin embargo, aunque las encuestas dan por hecho que se sitúe como el partido más votado y llegue a conseguir el bonus de 50 escaños que se establece para quien lo logre parece más complicado que consiga la mayoría absoluta que le permita gobernar en solitario.
El primer escenario que se presenta para el día después de las elecciones sería que Syriza finalmente logre esta mayoría absoluta. Con un parlamento de 300 escaños, este partido debería lograr más de 150 de ellos para establecerse de forma mayoritaria. Si lo consiguiera podría llevar a cabo su programa de reformas. Tsipiras en su último mitin, donde compartió escenario con el líder de Podemos Pablo Iglesias, volvió a repetir que si ganan Grecia recuperará su dignidad y apostará por la renegociación de la deuda. "Necesitamos esa mayoría absoluta para restaurar la dignidad y para asegurar la salvación social", dijo.
En el caso de que Syriza no logre la mayoría absoluta el abanico de opciones se expande. La Constitución griega apunta que el partido vencedor tiene tres días para conseguir formar Gobierno, si no lo consigue el turno pasaría al segundo partido más votado. Un puesto que las encuestas dan a Nueva Democracia, el partido conservador del hasta ahora primer ministro Antonio Samaras. Por lo que Syriza tendrá que negociar y rápido.
En este escenario de negociaciones, hay que tener en cuenta que se espera que entre seis y siete partidos consigan más del 3% de votos necesario para tener representación en el Parlamento. Además de Syriza y Nueva Democracia, estarían representados el nuevo partido To Potami, el ultraderechista Amanecer Dorado, los socialdemócratas de Pasok, los comunistas del KKE, los conservadores Griegos Independientes e incluso podría tener representación el nuevo partido de Yorgos Papandreu al que las encuestas sitúan en el límite de votos para lograr entrar en la Cámara.
Posibles socios
To Potami a priori se configura como el partido que podría ser clave para lograr la alianza. Un movimiento que ha surgido alrededor de la figura televisiva del expresentador Stavros Zeodorakis. En las pasadas europeas consiguió dos escaños y se presenta ahora por primera vez a unas generales. Su programa económico tiende al liberalismo aunque ellos ya se han mostrado a favor de pactar. Sus detractores les acusan de falta de programa y de inexperiencia en sus miembros. A pesar de todas estas críticas, si se cumplen las encuestas To Potami puede ser el partido bisagra de estas elecciones.
Entre el resto de los partidos que tendrán representación en el Parlamento se encuentra Amanecer Dorado, el partido de la ultraderecha que vivió un fuerte ascenso en las últimas elecciones de 2012 donde consiguió el cuarto puesto. Syriza ha descartado una alianza con esta formación que acude a los comicios en horas bajas con la mayor parte de su cúpula encarcelada por el asesinato de un rapero por uno de sus miembros.
El que fuera otrora uno de los dos grandes partidos de Grecia el socialdemócrata Pasok acude a estas elecciones en sus horas más bajas. La aprobación del primer rescate a Grecia en 2010 cuando su partido gobernaba le ha ido pasando factura a este partido que ha pasado de alternarse en el poder con Nueva Democracia a que las encuestas le otorguen entre un 4% y un 5% de los votos. El pacto entre ambos parece a primer vista complicado entre el partido que aprobó el rescate y el que ahora quiere renegociar las reglas del juego.
Quizá a primera vista con quienes sería más natura pactar sería con los comunistas del KKE, a los que también los sondeos ponen en la horquilla del 4%-5%. Sin embargo, a pesar de que ideológicamente sus posiciones podrían estar cercanas, habrá que ver cómo evoluciona la negociación.
Adiós al bipartidismo
Lo único que está claro en Grecia es que estas elecciones volverán a confirmar que el sistema bipartidista ha muerto. Ya en 2012, los resultados de los comicios mostraron que el sistema había hecho aguas. Si en 2009 los votos de Pasok y Nueva Democracióa suponían un 89%, en 2012 se quedaron en el 35%. La atomización de los partidos complica la gobernabilidad del país, pero ofrece al ganador de las elecciones múltiples formas de acuerdo. Desde Syriza han hablado más bien de acuerdos para ir resolviendo problemas concretos.
El peor de los escenarios y al que a nadie le gustaría llegar es el ocurrido en 2012: tener que volver a repetir las elecciones. La imagen de inestabilidad que surgiría de una situación así no ayudaría ni al país para tomar soluciones concretas, ni serviría para tranquilizar a los mercados.