El Banco Nacional de Suiza (SNB por su siglas en inglés) se adelantó la semana pasada al posible anuncio del BCE eliminando el suelo en el cruce de su divisa nacional con el euro. "Una medida inoportuna y quizá un error de política con respecto a las presiones deflacionistas existentes en la economía helvética", explica […]
Dirigentes Digital
| 21 ene 2015
El Banco Nacional de Suiza (SNB por su siglas en inglés) se adelantó la semana pasada al posible anuncio del BCE eliminando el suelo en el cruce de su divisa nacional con el euro. "Una medida inoportuna y quizá un error de política con respecto a las presiones deflacionistas existentes en la economía helvética", explica Christian Gattiker, estratega jefe de Julius Baer, pero las consecuencias de la misma tardarán años en conocerse.
Ahora bien, lo que sí parece claro actualmente es que la "sorpresa" suiza "es el precio o el ‘daño colateral’ de recuperar la autoridad monetaria más que un problema mundial". Pues, en su opinión, el "verdadero ‘elefante en la sala’ es la flexibilización cuantitativa (QE) a la europea que podría lanzarse este jueves".
Este estratega no ve nada claro que el BCE vaya a estar a la altura de cumplir con las expectativas de aumentar su balance, "aunque, aparentemente, las conversaciones mantenidas por éste y Suiza la semana pasada fueron suficientes como para eliminar el suelo".
En este sentido, David Kohl, director global de divisas de Julius Baer, considera que lo más probable es que el tamaño de las compras sea de 500.000 millones de euros, con posibles limitaciones (derivadas de la calificación crediticia de los Estados) a la hora de llevar a cabo las adquisiciones, una participación máxima de un sólo mercado nacional de bonos y la plena responsabilidad del BCE o el Eurosistema por la deuda comprada.
"Por lo tanto, el programa podría ser demasiado pequeño y no lo suficientemente valiente para ser considerado como un elemento de cambio. Además, la liquidez y, en particular, la vinculada al BCE no es actualmente una restricción vinculante para la economía y los bancos de la Eurozona. La rentabilidad de la deuda y los diferenciales periféricos ya están profundamente deprimidos, el euro seriamente infravalorado (barato) y la inflación es baja debido a los bajos precios del crudo y la débil demanda interna", explica. La firma ve poco impacto en el crecimiento y los precios de la región del posible QE, aunque cualquier medida de este tipo será bien recibida por los mercados de renta variable
Por ello, Gattiker considera que "haya decepción a corto plazo o no, el programa anunciado será positivo para los activos de riesgo del Viejo Continente, una vez se despojen de la debilidad del euro a medio plazo".
Así, destaca la oportunidades en el mercado inmobiliario europeo, el Dax en general y Daimler en particular. "Para los ‘pescadores de suelos’, las acciones suizas con menos riesgos de traslación que los exportadores puros podrían ser una opción más sostenible a medio plazo".