El anuncio lo ha hecho la Comisión para la Seguridad de los Productos del Consumidor de EEUU que ha explicado que "las cómodas y tocadores retirados son inestables si no se fijan a la pared adecuadamente, presentando un gran riesgo de volcarse y de que alguien quede atrapado, lo cual puede causar muerte o lesiones a los niños".
Fue en febrero y junio de 2014 cuando dos niños de 23 meses y dos años de edad de Pensilvania y Washington murieron aplastados por una de estas cómodas del modelo MALM que se les volcaron encima. En ese momento, Ikea y la CPSC anunciaron un programa para que quienes hubieran comprado cómodas y tocadores del modelo MALM los fijaran a la pared y evitar nuevos incidentes.
La compañía sueca ofrece a sus clientes el reembolso del producto o un equipo para que el mueble sea fijado a la pared por el usuario o por un empleado de Ikea que se lo instale gratis.
Hasta que el pasado mes de febrero otro niño de 22 meses en Minesota murió al caerle encima una de estas cómodas, la compañía no ha decidido retirar el producto del mercado. Además, la CPSC e Ikea han tenido conocimiento de otros 41 incidentes del vuelco de los muebles que dejaron 17 niños heridos.
"Los consumidores deben dejar de usar de inmediato cualquier cómoda y tocador retirado que no esté adecuadamente fijado a la pared y colocarlo en una área adonde los niños no puedan llegar", ha advertido la Comisión para la Seguridad de los Productos del Consumidor.
Sin embargo, no es la primera vez que la cadena de muebles sueca tiene problemas de seguridad con alguno de sus productos. Al drama de las cómodas MALM hay que unir, por ejemplo, la gama de frigoríficos Frostfri por riesgo de descarga eléctrica. En este caso, la multinacional sueca sí ha optado por retirar el producto antes incluso de que ningún cliente haya sufrido dichas descargas eléctricas.
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