El fabricante de procesadores Intel registró durante el primer trimestre de 2016 unos ingresos de 13.700 millones de dólares (un 7% más que hace un año) y unos beneficios de 2.000 millones de dólares (un 3% más). Estos datos, aunque inferiores a los 14.000 euros de facturación que esperaba la tecnológica, suponen una mejora con respecto a los resultados del año anterior en medio de una caída global de ventas de PCs.
Pese a la mejora de resultados, Intel ha anunciado junto con los resultados que despedirá a 12.000 de sus empleados, en torno al 11% de sus 107.300 trabajadores en todo el mundo. En un comunicado, la compañía ha justificado este importante recorte alegando que quiere enfocarse a los negocios en la nube y el Internet de las Cosas. Para Intel, esta reestructuración es necesaria para "acelerar la transición" desde el ordenador personal hacia lo que consideran el futuro de la tecnología: el negocio de la gestión de datos.
En dicho comunicado, Intel explica que con este nuevo enfoque busca mejorar su eficiencia y rentabilidad a largo plazo. El director ejecutivo de Intel, Brian Krzanich, aseguró a los inversores que con este ajuste esperan conseguir ahorros de hasta 750 millones de dólares anuales. Sin embargo, la noticia no parece haberse visto así en los mercados, pues tras conocerse el anuncio Intel se dejó más el 3% en su cotización.
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