Intel podría ser un competidor muy válido en esta carrera tecnológica que está comenzando. Sin llegar a meterse en el fango de fabricar un automóvil desde cero, lo que podría aportar la compañía es la tecnología necesaria para dar vida a un automóvil sin conductor. Para su desarrollo, el fabricante llevará a cabo un desembolso de aproximadamente 250 millones de dólares. Intel ha comunicado que con dicha inversión ayudará a “impulsar los límites de la próxima generación en materia de conectividad, comunicación, aprendizaje profundo y seguridad en la carretera”. De hecho la noticia no ha pillado al sector por sorpresa, ya que BMW ya anunció hace unos meses que contaría con la ayuda de la empresa para desarrollar su coche autónomo. Durante su discurso, Krzanich destacó que el desarrollo de nuevas tecnologías y de la innovación en el transporte permitirá mitigar de forma directa los riesgos, al tiempo que mejorará la movilidad, la seguridad y la eficiencia, con menores costes.
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