Javier Avello: “Las situaciones de crisis son momentos para buscar soluciones creativas y de innovación”

La innovación en el sector del transporte es clave para su impulso. Además, la tecnología y la sostenibilidad forman un tándem perfecto para la mejora de la logística. En un momento de incertidumbre económica, apostar por estrategias que mejoren la cuenta de resultados y el compromiso con el planeta se convierte en un reto para las empresas. El último informe del Observatorio del Transporte y la Logística en España, acredita el crecimiento de este sector: en el año 2021, el tráfico realizado por las carreteras españolas se incrementó en un 22,6 % respecto al año anterior, según datos de la Dirección General de Carreteras (DGC). Por otro lado, el transporte internacional de mercancías por carretera con origen o destino en España, realizado por vehículos o empresas españolas y extranjeras pertenecientes a los países declarantes de la estadística de Eurostat14, experimentó un crecimiento en 2021 respecto del año anterior del 10,0 % en toneladas y de un 10,5 % en toneladas-kilómetro.

El sector superó así los obstáculos que dejó 2020 con la incidencia de la COVID-19 en la movilidad. En este contexto, Javier Avello, director de Lodisna, empresa de logística y transporte navarra que opera en toda Europa desde el 2007, cuenta la experiencia de la empresa y cómo hacen frente a los retos gracias a la innovación.

En un momento de incertidumbre económica como el que atravesamos, ¿encuentran obstáculos en cuanto a innovación a la hora de caminar hacia la sostenibilidad?

La incertidumbre y los retos están ahí y es lógico que se experimenten como una cierta amenaza, pero, por otro lado, tenemos unos medios que hace años eran impensables: ciencia, tecnología, pero sobre todo, las personas. Confiar en la capacidad del equipo y darles las herramientas necesarias para superar los retos es clave. Es cierto que la incertidumbre económica está afectando al sector del transporte y eso posiblemente esté frenando algunas inversiones, pero por suerte no es nuestro caso.

Creo que precisamente las situaciones de crisis son momentos para buscar soluciones creativas y de innovación. Tenemos un buen número de proyectos en marcha y varios de ellos son muy prometedores. Los mayores obstáculos que estamos encontrando vienen derivados de la incertidumbre energética, especialmente desde un punto de vista de estrategia europea. Hemos visto cómo la falta de consenso en las soluciones de futuro para el transporte por carretera está generando desconfianza. Nuestro enfoque ante esta situación es conocer y desarrollar a través de experiencias piloto todas las soluciones disponibles, y ponerlas a disposición de nuestros clientes.

¿Cómo ha logrado la compañía reducir un 26% el consumo de gasoil en los últimos años?

La respuesta a esta pregunta radica en que nuestro modelo de negocio se basa en una flota propia y conductores de la casa. Siempre hemos apostado por ello, porque pensamos que es la manera de dar el mejor servicio a nuestros clientes. Una de las ventajas de este modelo es que tenemos un control total sobre los vehículos. Nuestro departamento de industrialización lleva muchos años trabajando para reducir los consumos, acarreando, claramente, una reducción de emisiones.

Entre las mejoras que han aplicado se encuentran la constante renovación de flota para acceder a las tecnologías más eficientes, el uso de neumáticos de baja resistencia a la rodadura y la monitorización de la conducción mediante las aplicaciones de telemetría.

Por otro lado, el hecho de que todo nuestro personal sea propio nos da la capacidad de formar y fomentar la conducción eficiente. Los estilos de conducción influyen mucho en los consumos y por tanto en el nivel de emisiones. Por ello, procuramos que nuestros conductores conozcan las herramientas que tienen a su alcance y las pongan en práctica. Por ejemplo, el uso de control de crucero, la reducción de los ralentís y la correcta distribución de la carga, entre otras.

¿Actualmente es rentable invertir en tecnología en el sector de la movilidad?

Sin duda. El sector de la movilidad de mercancías es un sector eminentemente tradicional con unas oportunidades de mejora muy significativas. De hecho, nos encontramos en un momento de transformación del sector en el que la tecnología está jugando un papel central. Por lo tanto, invertir en tecnología no solo es rentable, sino que es una necesidad. En Lodisna, por ejemplo, estamos trabajando en un paquete de digitalización que nos va a permitir gobernar nuestra flota de una manera prácticamente autónoma. Una de las piezas de ese sistema es un optimizador de rutas que nos va ayudar a tomar mejores decisiones para maximizar la productividad de la flota, reducir los kilómetros en vacío y por tanto las emisiones.

¿Son los vehículos eléctricos una buena respuesta para reducir las emisiones de CO2 en empresas de transporte?, ¿o es complicado que estos vehículos den el mismo servicio?

Los camiones eléctricos son una buena respuesta para reducir las emisiones en el transporte, pero cubrirán las necesidades del cliente dando un servicio diferente al que conocemos. Poseen claros beneficios como la eliminación de emisiones, los menores costes de mantenimiento y la reducción de ruidos. La eliminación de las emisiones derivadas de la combustión es el mayor beneficio de todos, eso sí, se debe garantizar que la electricidad proviene de fuentes renovables. La reducción de ruidos permite pensar en nuevas aplicaciones y modelos de negocio que hasta ahora no eran planteables para una cabeza tractora, como el reparto urbano. Por último, la simplificación de la cadena cinemática supondrá una reducción considerable de los gastos de mantenimiento.

Los principales stoppers de su despliegue son la autonomía, los tiempos de recarga, las infraestructuras y 
los precios. Las autonomías de los camiones eléctricos actuales no llegan al 25% de los de gasoil, pero esto es algo en lo que los fabricantes están trabajando y no tardará en resolverse. Los tiempos de recarga van a requerir adaptar la normativa de tacógrafo porque, incluso cargando en supercargadores, consumimos casi la mitad del tiempo de disponibilidad del conductor en la recarga. La infraestructura de recarga para camiones es muy escasa, prácticamente inexistente. Casi ningún proveedor está teniendo en cuenta factores como si es posible recargar sin desenganchar el semirremolque o la posibilidad de reservar el cargador para cumplir con las horas de descarga acordadas con el cliente final. Por último, el precio de un camión eléctrico es tres veces superior al de uno de gasoil, mientras que las ayudas son escasas y desde que se inician los trámites hasta que llegan los fondos puede pasar más de un año.

¿Qué métricas les ayudan a medir su evolución hacia sus objetivos de sostenibilidad?

Las métricas son una parte fundamental de la estrategia, de hecho, sin ellas sería imposible llevarla a la práctica. Fundamentalmente utilizamos dos indicadores: las emisiones totales de nuestra flota y las emisiones por camión. Estos indicadores se revisan mensualmente por todo el equipo directivo de la empresa, para asegurar que se cumplen los objetivos marcados y planificar acciones correctivas si fuera necesario.

¿Qué caminos existen para alcanzar el equilibrio entre la rentabilidad y la sostenibilidad?

La implementación de biocombustibles sería una solución perfectamente equilibrada en cuanto a rentabilidad, sostenibilidad y facilidad de implementación. Productos como el HVO100, refinado a partir de residuos de origen vegetal, permiten neutralizar la huella de carbono sin necesidad de hacer grandes inversiones. Si bien es cierto que este tipo de combustible tiene un coste superior al del diesel convencional, en comparación con otras soluciones, es sin duda la más eficiente a nivel económico. Desde un punto de vista técnico, no es necesario realizar modificaciones en los motores y se está comprobando que los consumos son similares a los del gasoil.

Como director de Innovación, ¿qué consejo daría a los responsables de una compañía a la hora de integrar tecnología para abordar sus objetivos?

Yo resaltaría tres consejos importantes a la hora de abordar los objetivos: involucrar a los stakeholders, no tener miedo a equivocarse y gestionar los riesgos. La integración de nuevas tecnologías en procesos existentes no se puede hacer sin contar con los usuarios. Por mucho empeño que pongamos en la implantación, si el equipo no está involucrado es más que probable que el proyecto fracase o cueste mucho más de lo esperado. Formar un equipo de stakeholders es un requisito esencial para que este tipo de proyectos prosperen. Vivimos en un mundo amante del control y la previsibilidad, pero a veces es necesario tomar decisiones en entornos de incertidumbre.

El miedo a equivocarse y la necesidad de calcular con excesivo detalle todos los factores que pueden ir bien o mal, puede llevarnos a no dar el paso. Esto solo lo podemos superar si confiamos en las personas de nuestra organización. Aun así, es importante ser conscientes de los retos que acarrean este tipo de proyectos: técnicos, organizativos, culturales, etc. Así como medir los riesgos y calibrar las decisiones

Opinión

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