La próxima reunión del Eurogrupo del 11 de mayo se presenta como la siguiente oportunidad formal para evaluar el progreso de Grecia. Y al país se le agota el tiempo para evitar una quiebra. "Además del pago de salarios y pensiones, el Gobierno heleno debe devolver los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), financiar la amortización de letras del Tesoro y pagar el cupón de los bonos del gobierno griego".
Es cierto que el país solventó en cierto modo la situación con el decreto del pasado 20 de abril, en el que pedía a las entidades públicas locales (incluidos ayuntamientos) ceder sus reservas al Banco Central de Grecia, ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los acreedores para pagar a sus funcionarios y quizá cumplir con sus próximos compromisos con el FMI ya que, según las últimas estadísticas, correspondientes al mes de febrero, las entidades públicas locales y estatales contarían con reservas superiores a los 10.000 millones de euros.
Sin embargo, esta posible solución tiene un pequeño fallo. "Recurrir a estas reservas haría a los bancos griegos aún más dependientes de la financiación del BCE. Además, se desconocen las cantidades exactas disponibles y las autoridades griegas no tienen ninguna prisa por confirmarlas", recuerdan desde JP Morgan AM.
Las fechas están claras. En todo el mes de mayo (contando desde el día 1), Grecia debe hacer frente al pago programado de 3.770 millones de euros, entre pagos de intereses de préstamos del FMI y amortizaciones. "Puede que el país pueda financiarse hasta finales de mayo pero sigue habiendo otros muchos pagos en el horizonte", explican los expertos.
Sin ir más lejos, y según el calendario que manejan, en junio hay pagos programados por valor de unos 6.790 millones de euros. Y el día 30 de ese mes finaliza el programa de rescate. Los expertos advierten que "sin financiación externa, es inevitable que Grecia acabe incumpliendo alguno de sus compromisos".
¿Hacia una quiebra soberana?
Si Atenas incumple con alguno de los pagos al FMI, esto desembocaría en una quiebra soberana, lo que acercaría al país a una salida de la Zona Euro. Pero, según los expertos, la situación no sería tan dramática. "Si Grecia incumpliese uno de los pagos al FMI, aún tendría 30 días para repagar antes de que el FMI lo considere un impago y al menos una agencia de calificación crediticia ha declarado que no clasificaría necesariamente un incumplimiento puntual como un impago".
Del mismo modo, recuerdan que el vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, ha confirmado que los bancos griegos probablemente seguirían teniendo acceso a la línea de liquidez de emergencia (ELA), siempre y cuando fuesen considerados solventes y pudiesen ofrecer las garantías necesarias.
A juicio de JP Morgan AM, esta solvencia solo sería quedaría patente si no se produce una situación de pánico que desemboque en una nueva fuga masiva de depósitos. "El BCE no puede prestarle dinero a bancos claramente insolventes y probablemente no podría seguir respaldando el sistema bancario griego si el gobierno heleno es incapaz de devolverle el préstamo el próximo 20 de julio", explican.
Los expertos aseguran que la salida de Grecia del euro tiene una posibilidad del 50% en este escenario. Pero mandan un mensaje tranquilizador al explicar que esta situación no sería tan dramática para el resto de la región como podría haberlo sido hace dos años, en plena crisis de deuda en Europa, y con los bancos de la región con una exposición más elevada que la actual a la deuda helena. "Si Grecia acaba incumpliendo alguna de sus obligaciones este verano, será con las instituciones oficiales, no con sus acreedores privados", recuerdan.
Baste el ejemplo del buen comportamiento de los mercados de renta variable y renta fija de la región en el primer trimestre del año, pese a las turbulencias generadas por el país heleno. Aún así, desde la firma aconsejan a los inversores mantener la prudencia ante la volatilidad que este escenario pudiese desatar. "No pensamos que un impago desordenado o una salida del euro sean los escenarios más probables para Grecia en estos momentos, pero tampoco creemos que los inversores puedan permitirse ignorarlos".
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