La empresa estadounidense de alimentos industrializados Kraft Heinz ha comunicado que está siendo investigada por sus malas prácticas contables en la división encargada de interacciones con proveedores. Todo en un momento en el que la compañía no pasa por su mejor etapa, con escasas ganancias, recortando dividendos un 36% y reduciendo el el valor de sus marcas Oscar Mayer y Kraft en 15.400 millones de dólares.
Gran revés al gigante de la alimentación estadounidense, que tras conocerse la noticia de que sus prácticas contables están siendo investigadas por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), sus acciones cayeron hasta un 20% al cierre de Wall Street, habiéndose dejado a lo largo del día hasta un 27%, su mayor declive en una sola jornada. Antes del mediodía, la compañía ya había perdido 16.000 millones de su valor de mercado.
La SEC investiga sus políticas de contabilidad y control adquisiciones y los procedimientos y controles internos de la empresa relacionados con su función de adquisiciones en su último informe de resultados. En octubre de 2018 la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos le envió una citación relacionada con el mismo asunto.
Desde Kraft Heinz dicen que están cooperando plenamente con los federales y que además ellos mismos, tras recibir dicha citación, habían pedido una investigación independiente sobre sus prácticas de adquisición. Como resultado de esas pesquisas paralelas, la empresa encontró que 25 millones de dólares deberían haberse registrado en los trimestres anteriores y no se hizo. La compañía dijo que está trabajando para prevenir errores similares en el futuro.
OTROS PROBLEMAS PARALELOS
A pesar del cambio radical en los gustos de los consumidores hacía productos más sanos y ecológicos, las las ventas del gigante de las bebidas y los alimentos envasados, aumentaron alrededor del 1% en el cuarto trimestre. Eso sí, las ganancias fueron menores de lo esperado por los inversores, que auguraban 7.470 millones, y no superaron los 6.500 millones de dólares. “La rentabilidad no alcanzó nuestras expectativas”, se lamentaba en un informe enviado a sus inversores Bernardo Hees, el gerente general de la compañía de alimentos envasados.
La empresa culpa de estos datos a la combinación de una inflación imprevista, los problemas de la cadena de suministro, los costos de fabricación y logística más altos de lo esperado y ahorros menores a los planificados. Hees, quien culpó de los malos resultados a las operaciones de la compañía, reconoció que cometieron un fallo en el cuarto trimestre, “asumimos la responsabilidad”, y calmó a sus inversores diciendo que «todavía creemos firmemente que nuestro modelo está funcionando y tiene un gran potencial para el futuro«. Kraft cree que recortar el dividendo un 36% le ayudará a reducir la deuda más rápido.
A pesar de la confianza del gerente general, los datos dicen lo contrario. En un año, el gigante de alimentos ha perdido el 49,61% su valor de mercado. Además, Kraft Heinz registró pérdidas de 12.600 millones en el cuarto trimestre del año pasado. Y a 29 de diciembre de 2018, el saldo total de la deuda de la compañía superaba los 31.000 millones.
Además, Kraft Heinz y otras compañías de alimentos se han enfrentado a la presión de los precios más bajos de los alimentos y de minoristas como Amazon, Walmart y Costco, que les están haciendo perder clientes.
El 27% de la empresa, conocida sobre todo por su salsa de tomate Heinz Ketchup, pertenece a Berkshire Hathaway, el conglomerado del multimillonario estadounidense Warren Buffet. Berkshire Hathaway se unió con el fondo brasileño 3G Capital para comprar la empresa de comestibles Heinz en 2013. Ambos financiaron en 2015 la fusión con Kraft Foods y desde entonces la nueva compañía no han podido apalancar su balance, según lo planeado, a pesar de reducir los costos agresivamente desde la fusión.
Además, en los últimos años se ha producido un retroceso de marcas envasadas como Oscar Mayer o Veleeta. Para atenuar sus malos datos, se ha conocido que Kraft Heinz podría estar interesada en vender su famosa marca de café Maxwell House por unos 3.000 millones de dólares, según ha publicado la cadena CNBC.
A esto hay que añadir que se ha producido una depreciación de 15.400 millones de dólares en dos de sus principales marcas: Kraft y Oscar Mayer.
“En el futuro, nuestro enfoque global seguirá siendo aprovechar nuestras capacidades internas, desarrollar a nuestra gente talentosa y ofrecer un crecimiento de primer nivel a los márgenes líderes de la industria”, expresó el director financiero David Knopf, quien aunque este año anticipa un “paso atrás”, confía en el crecimiento de las ganancias futuras al “aprovechar al máximo las marcas, los costos y las capacidades”.
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