En el mundo de las inversiones alternativas, el concepto de “descorrelación” se emplea cada vez más para indicar el punto de diferenciación de una estrategia de inversión. El problema es que, si todos estamos descorrelacionados, por definición, nadie lo está realmente. La realidad es que, a pesar del afán por obtener rentabilidades diferenciadas, muchas estrategias se nutren a menudo de fuentes de alfa similares.
A medida que crece el sector de los hedge funds, aumenta el riesgo de saturación en las operaciones, de ahí que para los inversores que desean rentabilidades en cualquier situación y una menor volatilidad de la cartera sea incluso más importante distinguir qué estrategias están realmente descorrelacionadas.
Alcance global
Detectamos fuentes de rentabilidad realmente descorrelacionadas visitando a los gestores, no solamente en Estados Unidos y Europa, sino también en Asia, una región que ofrece infinidad de elementos generadores de alfa por descubrir. La diversificación geográfica es clave. Llevamos años viendo cómo los gestores europeos y estadounidenses invierten en las mismas operaciones y de la misma manera. Dado que siguen el mismo enfoque de gestión de riesgos, se enfrentan a los mismos problemas a la hora de desapalancarse.
Por este motivo, nos decantamos por gestores de Relative Value que asignan activos de manera dinámica en las diferentes categorías de activos y estrategias globales.Nos reunimos con unos 260 gestores cada año. El contacto personal ofrece perspectivas de incalculable valor que complementan nuestros análisis cuantitativos y nos permite conocer realmente los rasgos de los gestores y saber en qué casos se debe llevar a cabo un estudio más profundo. Tal y como han puesto de manifiesto las últimas noticias, los análisis cuantitativos pueden, en ocasiones, pasar por alto información crucial, como posibles problemas de liquidez.
Al viajar por todo el mundo, también podemos percibir las diferentes ópticas de confianza del mercado y detectar evoluciones futuras y nuevas estrategias. Recientemente, seguimos la explosión del big data y el aprendizaje automático y cómo ambas tendencias pueden contribuir, más concretamente, al desarrollo de estrategias cuantitativas.
Mantenerse al tanto de las tendencias
Destinamos una cantidad considerable de tiempo a comprender estrategias de nicho, como de arbitraje de volatilidad o estrategias cuantitativas, pues suponen otra fuente de diversificación más allá de los hedge funds tradicionales. La volatilidad supone un nicho en sí misma y resulta complicado aprovecharla por su inherente complejidad, si bien se ha convertido en un tema de debate recurrente desde febrero de 2018, cuando el índice de volatilidad VIX registró su mayor variación intradía hasta la fecha.
Mantenemos una asignación táctica a la volatilidad y contamos con varias herramientas para sacar partido de este segmento, a través de cuatro estilos: riesgo de cola, sesgo largo de volatilidad, Relative Value y sesgo corto de volatilidad. Dado el énfasis que le damos a la diversificación, con frecuencia desplegamos estrategias de Relative Value que tienen como objetivo lograr un flujo de rentabilidades descorrelacionadas y diversificadas, en todo tipo de situaciones.
Por último, empleamos un sistema cuantitativo propio para someter a la cartera a comprobaciones de diversificación. Se trata de un proceso que nos permite medir la atribución de factores en el seno de la cartera y, acto seguido, ajustarla según proceda, para suprimir o modificar el peso de un fondo subyacente a fin de optimizar la diversificación.
Adaptarse a la evolución del mercado
Al aproximarnos al final del ciclo y ante el recrudecimiento en todo el mundo de las tensiones geopolíticas, los inversores buscan cada vez más estrategias descorrelacionadas. Es posible que la actitud acomodaticia de los bancos centrales prorrogue la tendencia alcista de los ciclos crediticios y de renta variable, lo cual será beneficioso para los gestores direccionales. Sin embargo, creemos que persistirá la mayor volatilidad de los últimos 12 meses, ya que permanecen activos los focos de tensión en todo el mundo, se espera un crecimiento más lento y desciende la liquidez. Como resultado, mantenemos un sesgo hacia estrategias de Relative Value y macro, a las que benefician las distorsiones del mercado.
Al resurgir la volatilidad, también percibimos una oportunidad en las estrategias de dispersión de la volatilidad. La dispersión busca sacar partido de las diferencias de valor relativo en las volatilidades implícitas mediante una posición corta en un índice y larga en una cesta de títulos que componen el índice. A causa de la demanda de coberturas, las opciones sobre índices tienden a negociarse con una prima de volatilidad implícita realizada superior a las opciones sobre un único título. Por tanto, la correlación implícita también suele negociarse con prima respecto de la correlación realizada.
La dispersión suele funcionar bien en periodos de segmentación del mercado, cambios temporales en la correlación entre activos y noticias idiosincrásicas sobre títulos concretos. Generalmente, los entornos más propicios para la dispersión son los momentos en que la volatilidad aumenta y se mantiene elevada, como en el cuarto trimestre de 2018.
En cuanto la direccionalidad del mercado comience a disiparse, aumentará el conjunto de oportunidades para obtener rentabilidades descorrelacionadas. Hasta que eso suceda, es posible obtener rentabilidades verdaderamente descorrelacionadas gracias a la diversificación geográfica y por estrategias, invirtiendo tiempo y esfuerzo en analizar la diversidad de gestores y estrategias disponibles en los diferentes mercados.
2019-10-16 11:21:11