Saber priorizar lo importante y tener una organización son fundamentales en el día a día de un consultor estratégico. Pero también en la vida en general. Esto es lo que ha aprendido Daniel Rodríguez, quien reconoce que la desinformación es la principal lastra de su trabajo.
Si no se hubiera dedica al mundo financiero, ¿qué le hubiera gustado hacer?
Creo que hubiera sido músico. Es más, tengo el grado medio terminado, con la especialidad en percusión, por el Conservatorio de Música de Valladolid e hice mis pinitos con un grupo de música que se llamaba eLe De eMe.
El mejor momento de su carrera.
Me gusta plantearme este hito cada día. Hace un par de años me dieron uno de los mejores consejos de toda mi carrera profesional. Era algo así como que “las grandes victorias y las peores derrotas acaban en el mismo sitio: en tu despacho, planteando el siguiente movimiento que vas a llevar a cabo.” Y es cierto. Podría afirmar sin lugar a dudas que ahora mismo estoy en el mejor momento de mi carrera. Pero, de igual manera, si me lo preguntas dentro de medio año o de un par de años, podré decirlo igualmente.
¿Y cuál ha sido el peor?
Probablemente los primeros pasos en el mundo laboral. Como tantos otros, yo era un estudiante muy aplicado, pero alejado de la realidad empresarial. Hay muchos elementos clave en la vida profesional de cualquiera que no se pueden enseñar en un aula.
¿Cuál es el mayor defecto que tiene esta industria?
Probablemente, la desinformación. Tener que luchar a diario con gente que considera que tiene una capacidad casi innata para ver lo mismo que tú, y con la misma nitidez, pero solamente leyendo los periódicos o haciendo caso a las conversaciones de bar. Esto es una lacra, pues a la hora de acudir al análisis y al proceso de toma de decisiones, no sólo tienes que lidiar con tu receptor y con su contexto, sino también con grupos de presión pública que, consciente o inconscientemente, no dejan de poner trabas a los datos objetivos para tratar de llevar el debate a su terreno.
¿Qué ha aprendido de esta profesión que aplica en su vida?
Afortunadamente, lo que hago tiene un impacto diario en mi vida. No puedes comprarte una casa, por ejemplo, sin sentarte a echar números y analizar distintos escenarios a futuro. Y eso, en esencia, es la consultoría estratégica. La capacidad de análisis y síntesis del entorno, las habilidades cuantitativas, el desarrollo de una capacidad de comunicación en función del interlocutor, y un lago etcétera.
¿Y viceversa?
Mi familia me ha enseñado muchas cosas. Entre ellas, lo que más aplico a mi vida profesional es ser capaz de distinguir lo urgente de lo importante.
¿Consigue desconectar de este mundo? ¿Cuál es su principal hobby?
No desconecto mucho, la verdad. Pero tampoco lo necesito. Es más. Lo agradezco. Mi cabeza da muchos pasos atrás en cuanto estoy parado. Además, tanto el análisis económico como la planificación estratégica requieren de una dosis muy elevada de actualidad. Si me voy a una casa en un monte y no leo la prensa a diario puede ser que se produzca un movimiento de un competidor relevante, o un acuerdo con nocturnidad alevosía entre determinadas fuerzas políticas que no me puedo perder.
Un libro que siempre recomendaría
Un libro sobre economía “Viaje a la libertad económica”, de Daniel Lacalle. En el caso de una lectura generalista, “El principito” es toda una lección de vida que nunca debemos olvidar. Me encanta volver a él, al menos, una vez al año.
Una canción que no se cansa de escuchar
Soy un viejo rockero así que tengo muchas. Creo que para un oído acostumbrado a la música comercial la versión de “grita” que hace Jarabe de Palo en su disco “Orquesta reciclando” es muy rica.
¿Y una película que nunca le aburre?
Dos también: 60 segundos y Ocean’s eleven. Me encanta cómo transmiten la adrenalina de planificar el golpe perfecto y los pasos que dan para lograrlo.
2018-12-10 10:07:15