España escapa a las incertidumbres políticas que generaron la falta de presupuestos y el adelanto de las elecciones. También a las preocupantes tensiones comerciales globales que están frenando la inversión empresarial y atenazan sectores como el automovilístico, claves para la economía europea. Ni siquiera el culebrón del brexit, con la amenaza de una ruptura por las bravas que levantaría controles aduaneros a ambas orillas del Canal de la Mancha y dificultaría el transporte de mercancías y viajeros, frena a la economía española.
La Comisión Europea mantiene sin cambios sus previsiones de crecimiento para España. El PIB se expandirá al 2,1% este año y al 1,9% en 2020, cifras idénticas a las aportadas en febrero, cuando Bruselas publicó las Previsiones de Invierno. Entonces el Comisario de Economía, Pierre Moscovici, explicaba que en España se producía una ligera moderación de la actividad “provocada por una caída del consumo privado” pero destacaba que “el crecimiento de España está por encima de la media de la zona euro y de la UE”. Así sigue siendo pese a todas estas turbulencias internas y externas.
El contexto no es tan positivo en la UE. En sus Previsiones de Primavera publicadas hoy, la Comisión Europea vuelve a rebajar el crecimiento para la eurozona y todo el bloque comunitario. Ni siquiera el buen arranque económico en 2019, con una expansión superior a lo esperado y el doble que en el último trimestre del año pasado, han espantado los temores de la Comisión sobre la ralentización del continente.
La eurozona crecerá al 1,2% este año, una décima menos de lo esperado en febrero, pero entonces el hachazo del equipo del Comisario de Economía, Pierre Moscovici, fue de seis décimas. El recorte de hoy incide la pérdida del impulso del continente, en paralelo a la economía mundial. “La reciente desaceleración del crecimiento global y del comercio, junto a la alta incertidumbre sobre las políticas comerciales, está pesando en las perspectivas para el PIB de 2019 y 2020”, explican las Previsiones de Primavera.
En 2020, los 18 países de la moneda única se expandirán de media un 1,5%, según la Comisión confirmando una recuperación para el próximo ejercicio que también sucede en todo el continente. En su conjunto, la UE crecerá este año un 1,4% y el próximo ejercicio un 1,6%.
Bruselas observa una economía mermada por el sector industrial, en “continua debilidad”, con “problemas específicos en la industria del automóvil” en países claves del continente, bajo la “alerta a un posible brexit sin acuerdo” y donde las tensiones sobre las primas de riesgo en los mercados, “un regreso posible del vínculo entre bancos y deuda soberana”, puede poner en más dificultades a países como Italia, con una deuda pública/PIB del 133%.
Gran parte de la culpa de que la eurozona se siga deslizando por una peligrosa pendiente de desaceleración la tiene Alemania. El principal motor económico de la UE crecerá este año menos de la mitad de lo previsto, apenas 5 décimas, y su recuperación será lenta durante 2020. La industria del motor y toda su cadena de producción complementaria todavía sufren las consecuencias del dieselgate, que ha llevado a los consumidores a abandonar los coches a gasoil, y los problemas se extienden a todo el sector manufacturero alemán por las tensiones comerciales que ha provocado la Administración Trump con sus amenazas arancelarias y de guerra comercial.
La influencia de Alemania en la ralentización económica que teme y pronostica la Comisión es palpable si tenemos en cuenta que se dejan sin cambios las previsiones de Francia, que parece parar el golpe de la crisis política de los chalecos amarillos, un aguante similar al de España, y que el enfrentamiento con Roma por el déficit de Italia ya fue descontado. Un problema que tiene todos los visos de volver porque Bruselas prevé que el agujero presupuestario transalpino alcance el 2,5% este año y salte al 3,5% el próximo año. Son cifras muy superiores a las pactadas entre el gobierno de coalición italiano y la Comisión, que pasadas las elecciones europeas de mayo podría abrir de nuevo un Procedimiento por Déficit Excesivo contra el país.
Pese a todos estos malos augurios, la economía europea sigue en expansión por séptimo año consecutivo y las Previsiones de Primavera de hoy confirman que “se espera un crecimiento del PIB real en todos los Estados Miembros”. 2020 puede traer nuevos brotes verdes a ojos de la Comisión, que espera esperanzadora que la economía “recupere ritmo de nuevo el próximo año”.
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