Tradicionalmente, la innovación se ha asociado con la generación de ideas y respuestas creativas a desafíos empresariales. Sin embargo, debido a la evolución del ecosistema de innovación, esta perspectiva está experimentando una evolución notable.
Desde mi experiencia en la gestión de sesiones creativas para abordar retos empresariales, he observado con frecuencia el fracaso de iniciativas innovadoras debido a una formulación deficiente de las preguntas a las que se busca respuesta. En gran parte esta paradoja se sustente en nuestra excepcional habilidad para hallar respuestas, sin importar cuán pertinentes sean las preguntas que nos aparezcan delante.
El profesor de la Universidad Politécnica de Milán, Roberto Verganti, señala en su libro Overcrowded que el mundo de la innovación necesita diseñar soluciones significativas en un panorama saturado de ideas y con acceso a proveedores, emprendedores y respuestas económicas en constante crecimiento.
En este contexto, la ruta alternativa a la innovación que propone Verganti no busca comprender cómo funcionan las cosas, sino por qué las necesitamos. Busca ofrecer a los clientes algo auténticamente significativo, algo que puedan amar a través del planteamiento de las preguntas correctas.
La irrupción de los modelos de Inteligencia Artificial Generativa ha elevado esta realidad a un nivel superior, con efectos visibles ya en marcha. En el Grupo Enel, por ejemplo, estamos experimentando con la incorporación de Chat GPT como un componente más en nuestras sesiones de brainstorming, añadiendo variedad y profundidad al proceso.
Cuando las soluciones creativas se encuentran a un bajísimo coste en el ecosistema, el enfoque se desplaza inexorablemente hacia las preguntas que planteamos.
La Inteligencia Artificial Generativa representa un acceso revolucionario a la creatividad de una manera casi instantánea. Estos modelos pueden generar una amplia gama de contenido creativo, desde textos persuasivos hasta poesía inspiradora y diseños innovadores.
Esto transforma la forma en que abordamos la resolución de problemas y la generación de ideas, al proporcionar una fuente inagotable de inspiración y colaboración. La IA no solo acelera el proceso creativo, sino que también ofrece perspectivas únicas y cruza barreras culturales y lingüísticas, fomentando la diversidad y la innovación en campos como el arte, la publicidad, la investigación científica y más.
Así pues en un mundo sobrepoblado de soluciones la ciencia de las preguntas pasa a ser el motor director de los cambios: ganará el que sepa hacer las mejores preguntas y las que contengan más significado para él mismo y sus clientes.
En este contexto la disciplina del Prompting Engineering, metodología para la optimización del proceso de formulación de instrucciones, preguntas o solicitudes (conocidas como "prompts") pasa a ser el corazón de la batalla.
Un prompt bien diseñado puede dirigir la IA hacia resultados precisos, que apunten hacia la dirección correcta en nuestro camino innovador.
El mercado ya se está valorando este nuevo escenario como demuestra la startup norteamericana Vellum, dedicada al desarrollo de prompt engineering tools, y que recientemente ha recibido una ronda de financiación de más de 5M$, como respaldo a su visión sobre del futuro.
En definitiva, la importancia de esta disciplina no es solo la de una nueva profesión bien remunerada para elegir en los próximos años. La innovación se acerca a una nueva era en la que la clave más que nunca está en hacer las preguntas correctas y llenas de significado por delante de la búsqueda de soluciones.
Comienza la era de la ingeniería de las preguntas.
Opinión