Históricamente, los fondos monetarios se han utilizado como una alternativa a los depósitos bancarios, ya que ofrecían diversificación, liquidez y baja volatilidad con una rentabilidad más que aceptable. En los últimos años, este tipo de producto ha estado de capa caída como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales que han hecho que los inversores tuviesen un menor interés.
Sin embargo, durante periodos de mucha volatilidad e incertidumbre como fue en la crisis de 2008, los fondos monetarios sufrieron fuertes reembolsos de los inversores haciendo que originase una crisis de liquidez del mercado. Como consecuencia de esto, muchos emisores se vieron afectados al no poder financiarse en la parte corta de la curva.
Es por ello que, según explica el regulador, “con el fin de evitar problemas de liquidez en estos instrumentos”, estableció una serie de normas comunes en la UE en relación con la composición de la cartera, activos aptos, su vencimiento, liquidez y diversificación así como calidad crediticia de los emisores y de los instrumentos del mercado monetario en los que invierten “para evitar una disparidad en los niveles de protección de los inversores y prevenir y mitigar cualquier riesgo potencial de contagio derivado de posibles retiradas bruscas y masivas de fondos por parte de los inversores”.
Duración de menos de 6 meses
Tradicionalmente, los fondos monetarios eran aquellos con una duración media inferior a 6 meses, un vencimiento de las emisiones menor a 12 meses y con una clasificación crediticia superior a A2 por S&P. Con la nueva norma los fondos monetarios van a reclasificarse en 4 categorías en función de la forma en que se valoran los activos y del plazo de sus carteras: fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo constante de deuda pública, fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo de baja volatilidad, fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo variable y fondos del mercado monetario estándar de valor liquidativo variable.
La nueva regulación lleva consigo una serie de obligaciones de control interno. Esto exige a las gestoras a llevar a cabo una evaluación interna de la calidad crediticia, obligando a los fondos monetarios a invertir en activos de elevada calidad crediticia, por lo que no podrá depender únicamente de la calificación crediticia de las agencias de rating. También obliga a las gestoras a conocer a sus clientes con el fin de anticiparse a fuertes reembolsos de los partícipes.
Por otro lado, la nueva regulación solicita la aplicación de stress test más completos en base a diferentes escenarios de mercado. Así como una mayor diversificación y transparencia, obligando a las gestoras a proporcionar a los partícipes información de los fondos semanalmente y a reportar al regulador de manera regular.
En cuanto a los requisitos de liquidez y los métodos de valoración, la regulación exige que los fondos del mercado monetario a corto plazo deberán tener un vencimiento medio ponderado de la cartera igual o inferior a 60 días y una vida media ponderada de la cartera como mínimo de 120 días, siendo la liquidez mínima diaria del 10% de los activos netos del fondo y al menos un 30% de los activos con vencimiento semanal.
A la hora de valorar los activos, los fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo de baja volatilidad deberán calcular dos valores liquidativos, uno variable en base a su precio de mercado o mediante un modelo (si no existe valoración) y otro constante, calculado mediante coste amortizado (solo para activos con un vencimiento inferior a 75 días). Además, para los fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo constante de deuda pública, solo se valorarán a coste amortizado, teniendo los mismos requisitos de duración, vencimiento y coeficientes mínimos de liquidez que los fondos del mercado monetario a corto plazo de valor liquidativo de baja volatilidad.
Sin embargo, para los fondos del mercado monetario variable (corto plazo y estándar) el vencimiento medio ponderado será hasta 6 meses y la vida media ponderada será como máximo de 12 meses, siendo la liquidez mínima diaria y semanal del 7,5% y 15% respectivamente. La valoración de los activos se realizará a precios de mercado o mediante un modelo (si no existe valoración).
Con todos estos cambios normativos, la gran mayoría de los fondos monetarios han dejado de ser clasificados como fondos monetarios y van a pasar a estar en la categoría de renta fija a corto plazo. Por su parte, la CNMV ha tenido que reclasificar la categoría renta fija euro en dos subcategorías en función de la duración de la cartera: renta fija euro a corto plazo (duración menor a 1 año) y renta fija euro (duración superior a 1 año). Por último, la CNMV ha decidido crear otras dos nuevas clasificaciones para los fondos que hasta ahora se agrupaban en gestión pasiva: los fondos que replican un índice y fondos con objetivo concreto de rentabilidad no garantizado.
2019-06-21 09:08:48