Los jueces en sus autos en su auto argumentan que el uso de las tarjetas opacas "ser desconocidas por Blesa, que durante trece años presidió la entidad, daba el visto bueno a las propuestas de Recursos Humanos y era usuario habitual de una de las citadas tarjetas".
"No puede alegar desconocimiento en el uso que realmente se hacía de las tarjetas, cuya emisión, entrega y límite de disposición se con el beneplácito de Blesa, tal y como el mismo reconoció", señala los magistrados.
"Cómo presidente de la entidad durante trece años y como usuario de la tarjeta necesariamente tuvo que reconocer las disposiciones efectuadas con las tarjetas tenían en la contabilidad de la entidad, así como la falta de reflejo de su nómina y en la certificaciones anuales que se entregan a efectos de la declaración de impuestos correspondientes", añaden.
Los tres jueces de la Sala de lo Penal apuntan que el uso de las ‘tarjetas B’ provocaron "un perjuicio real y efectivo" primero para Bankia y luego para el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que "se vio obligado a la aportación de capital público para sanear las cuentas de la entidad"
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