La banca brilla sobre el ‘reflation trade’

Tras años de ostracismo y con muchos ‘deberes pendientes’, la banca europea despierta de nuevo el interés de gestores y analistas en este movimiento que se denomina ya ‘reflation trade’ y que beneficia directamente al sector financiero, en detrimento de los valores cíclicos. Descuenta el mercado un repunte de la inflación, del crecimiento y de los tipos de la deuda ante las políticas fiscales y de inversión que ha prometido llevar a cabo el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Estímulos desde el lado del Estados, mientras la Reserva Federal (Fed) normaliza su política monetaria, con hasta dos subidas del precio del dinero esperadas. Medidas e impulso que se terminarán contagiando al Viejo Continente, más allá del riesgo que suponen las elecciones en Francia, Alemania y, quizá, Italia; mientras el Banco Central Europeo (BCE) seguirá apoyando la economía, aunque cediendo terreno también a las ayudas gubernamentales. Mejora de la actividad, repunte de las rentabilidades de la deuda (yields en niveles mínimos, incluso tasas negativas, no olvidemos) y confianza. El cóctel perfecto para la banca europea, a pesar de las dudas que aún sobrevuelan sobre la calidad de sus activos (Italia) y la fortaleza de su balance (Deutsche Bank)Luces y sombras que no impiden al sector hacerse un hueco en las carteras. Y es que, tal y como explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, aunque 2017 podría ser complicado, “también podría ser un año de transición en el que seguir avanzando en la digitalización y en el que se podría empezar a hablar de subida de tipos de cara a 2018”. Dentro de nuestras fronteras, este experto llama la atención sobre los posibles movimientos corporativos: posible fusión Bankia-BMN, salidas Bolsa de Ibercaja y Unicaja, escisión del negocio inmobiliario de Banco Popular (o quizá una OPA)… Asimismo alerta sobre las “sorpresas” que deparará la volatilidad en el mercado de divisas, prestando especial atención a real brasileño (BBVA y Banco Santander), libra (Banco Sabadell y Banco Santander), libra y peso mexicano (BBVA) y dólar (Banco Santander y BBVA). “Los bajos márgenes de intereses podrán verse compensados por la recuperación económica, por las expectativas de incremento de volumen del crédito y por la menor morosidad, especialmente la ligada al sector inmobiliario, donde los precios se están recuperando”, concluye. Oportunidad de compra Mientras desde el Departamento de Análisis de Bankinter afirman tajantes que “el entorno y los fundamentales están cambiando a mejor”, por lo que las correcciones en la banca europea parecen interesantes oportunidades de compra. En concreto, destacan tres “factores que anticipan un buen comportamiento del sector” este año. Primero, “la regulación es exigente, pero nos parece poco probable que los requerimiento actuales se endurezcan”; mientras, “la demanda de crédito muestra claro signos de mejora”. Además, “la evolución reciente de la curva de tipos de interés anticipa un mejor comportamiento en la partida de ingresos”. Finalmente, “la recuperación de los mercados de capitales (actividad y precio) conlleva una mejora de las comisiones por gestión de activos y un aumento de los ROFs (trading)”. Así, con nombre propio, reiteran su apuesta estratégica por ABN Amro; revisan su recomendación sobre Deutsche Bank hasta comprar (desde neutral) y lo mismo hacen con la italiana Intesa; mantienen su consejo de comprar BNP Paribas y Société Générale. Y, en España, prefieren Banco Santander a BBVA; apuestan por comprar Bankia y Banco Popular. “La estrategia más obvia” Dentro de su apuesta por una “ligera” aceleración del crecimiento, Gunther Westen, responsable de asset allocation y gestor de fondos de Oddo Meriten AM, apunta a “banca, aseguradoras y empresas de servicios financieros” como sectores con más potencial, aunque también con riesgo. “La banca europea promete oportunidades tácticas”, afirma tajante. Por su parte, Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, también parece tenerlo igual de claro: “La estrategia más obvia en el mercado de renta variable, si las tasas continúan su trayectoria alcista, es sobreponderar al sector financiero (excluyendo al sector inmobiliario)”. Finalmente, François Lavier, gestor de Lazard Frères Gestion, apunta a un ‘acercamiento’ alternativo a la banca europea: la inversión en deuda subordinada financiera. “Desde la crisis, y obedeciendo, tanto a la nueva normativa (Basilea III y Solvencia II), como a la presión de los inversores y competidores, los emisores del sector financiero vienen reforzando continuamente la calidad de su balance. La cantidad, pero también la calidad de sus fondos propios se ha acrecentado constantemente”. Así, detalla que se pueden construir dos carteras con deuda híbrida o subordinada: “una principal, centrada, aunque no exclusivamente, en papel Tier 2, que ofrecen rentabilidades del 3% al 4% para una cartera con una calificación global ‘Investment Grade’ (en torno a ‘BBB’); y una segunda cartera centrada en los títulos de ‘Additional Tier 1’, que ofrecen una rentabilidad del 5% al 6% y tienen una calificación media de tipo ‘Crossover’ y en torno a ‘BB’. Consideramos que ambas son complementarias y se deben integrar en asignaciones que variarán en función de las capacidades de asumir riesgo de cada inversor, pero que podría rondar los 2/3 en títulos de deuda Tier 2 y 1/3 en títulos de deuda ‘Additional Tier 1’”.

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