Desde que comenzó la crisis financiera en 2008, el sistema financiero español no ha parado de menguar. Las entidades han reducido su estructura para superar el bache. El proceso de concentración desde que quebraron buena parte de las cajas de ahorro se ha saldo con una reducción de número de entidades de 50 a catorce que ha dejado una larga lista de EREs, despidos y prejubilaciones. Según los últimos datos del Banco de España, la capacidad del sector se redujo en 74.949 empleados y en 14.278 oficinas hasta 2014. Pero el ajuste continúa en 2015, con los datos disponibles de los siete principales bancos cotizados del país.
En cuanto a las oficinas, ninguna entidad abrió sucursales. Las únicas entidades con saldo positivo fueron Bankinter que sumó una más a su red y BBVA gracias a la incorporación de las 700 oficinas de CaixaBank. Las sucursales del banco azul pasaron de 3.112 puestos comerciales a 3.811, prácticamente el mismo número procedente de la antigua caja catalana. Cuando la adquirió ya anunció que pretendía cerrar 400 de ellas.
Ni siquiera CaixaBank elevó su red. Pese a incorporar 270 oficinas de Barclays, en sus cuentas anuales hay una reducción de 42 oficinas.
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