La calidad de la renta fija, en el radar en los próximos meses

La calidad del crédito, dentro del mercado de la renta fija, con grado de inversión se ha deteriorado considerablemente en los últimos años.  Jim Leaviss, jefe de renta fija minorista de MyG, señala que esto ha sido «en parte voluntario», pues las compañías han creído que añadir «apalancamiento a sus balances puede mejorar las rentabilidades de la renta variable, pero también refleja las revisiones a la baja del crédito en general que han sufrido los bancos y las instituciones financieras durante y después de la crisis del crédito«. En el año 2000, por ejemplo, el mercado de crédito de EE. UU. tenía algo más del 30% en títulos con calificación BBB (y el incipiente mercado de crédito de la eurozona algo menos del 10%). Este porcentaje ha aumentado «considerablemente desde el principio de este siglo, hasta el punto de que los mercados globales de crédito tienen ahora una exposición de casi el 45% a emisores con calificación BBB, la cual va en aumento». Como resultado, el mercado de crédito global actual presenta un perfil de crédito de mucho mayor riesgo que hace una década. Esto es especialmente importante en el contexto de los niveles actuales de los diferenciales de crédito. El experto señala que analizando el nivel de los diferenciales de crédito dentro del universo general de grado de inversión por sí mismo, podría pensarse que, «a pesar del repunte de los precios de los bonos corporativos en los últimos años, las valoraciones simplemente han vuelto a su media a largo plazo». Sin embargo, si se tiene en cuenta el mencionado deterioro de la calidad crediticia, el panorama resulta menos optimista, según su valoración. Indica que el crédito global es ahora más caro y se aparta de su valoración histórica. Evidentemente, algunas de las razones que han provocado esto son válidas: «las compras de bonos del BCE, las tasas de impago todavía bajas y la continua demanda de activos que generan rendimientos». Para los bonos high yield, sigue siendo un mercado de emisores, en el que los derechos de los titulares de los bonos han vuelto a deteriorarse a lo largo del año. De acuerdo con Moody’s, los niveles de los denominados HY-lite (bonos sin protección fundamental de los inversores) han subido de forma constante en Europa desde 2013, desde un nivel muy por debajo del 10% hasta un tercio de todos los bonos que se lanzan al mercado actualmente. Hay pocas «señales de alerta inmediatas», ya que las compañías siguen beneficiándose de un entorno macroeconómico favorable, en un contexto de crecimiento global sincronizado y condiciones financieras positivas. Las compañías pueden seguir beneficiándose de condiciones «de refinanciación muy bajas en un futuro inmediato». Por el contrario, Leaviss termina señalando que el deterioro de la calidad crediticia y las menores recompensas por asumir riegos han hecho que «el crédito (tanto de grado de inversión como high yield) pierda mucho atractivo como clase de activo en 2017 respecto a los años anteriores». Por estos motivos, redujo su exposición general a los bonos corporativos este año, «aunque como siempre seguiré muy atento al mercado en 2018 a la espera de mejores niveles para comprar».

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *