La cara B del acuerdo

Esta semana tenía lugar la histórica firma de este acuerdo, que pone fin a un enfrentamiento que ha durado 35 años. Pese a que el desarrollo del armamento nuclear era uno de los puntos clave del mismo, Teherán podrá seguir produciendo energía nuclear, eso sí, abandonando su uso militar. Se espera además que las consecuencias inmediatas del mismo sean la reducción de la capacidad iraní para enriquecer uranio y estar sometida a un control por la comunidad internacional, así como la vuelta del país al mercado mundial de hidrocarburos.

El secretario de Estado estadounidense Jon Kerry y el ministro iraní de exteriores, Javad Zarif fueron los encargados de rubricar este acuerdo, que según explican a DIRIGENTES desde el Instituto Español de Estudios Estratégicos, dependiente del Ministerio de Defensa, supondrá la vuelta de Irán a la normalidad en el concierto de las naciones. "La recuperación de importantes activos financieros, la capacidad de exporta su producción total de petróleo y gas en los mercados, y la mejora de la imagen del régimen de Teherán en la escena internacional son alguna de las consecuencias más significativas.

Según Jesús Salvador, investigador principal del Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir", el acuerdo permitirá a Irán "tener una agenda internacional mucho más activa, y con mayor número, no se sabe si de aliados, pero sí de naciones amigas".

Los ‘no’ beneficiados

Como era de esperar, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu ha sido uno de los primeros en expresar el rechazo de su país hacia este acuerdo, que fue calificado por Netanyahu de "enorme error histórico". "Teherán ha recibido la señal de vía libre para obtener armas atómicas", había proclamado el primer ministro en Jerusalén mientras se oficializaba el acuerdo en Viena. "Hemos estado comprometidos hasta ahora para impedir que Irán logre el arma atómica, y ese compromiso se mantiene a toda costa", advirtió.

A parte de la cuestión económica, "el acuerdo supone un requilibrio en la lucha por el poder regional que mantienen Irán por un lado y Arabia Saudí por otro, sin olvidar a Turquía, que con una óptica distinta a la árabe, participa también de esta rivalidad", señalan expertos del IEEE, que explican además que los países que ‘salen perdiendo’ con lo acontecido son las monarquías del Golfo lideradas por Arabia Saudí, sin olvidar a Egipto, cuyos problemas internos le impiden participar activamente en esta pugna regional.

Mientras tanto, desde la Liga árabe lo ven positivo, pero insisten en que para que la región se libere de armas de destrucción masiva es necesario que acceda a que inspeccionen su supuesto arsenal. El secretario general asistente de la Liga árabe para asuntos de Palestina, Mohamen Sobeih, subrayó la necesidad de obligar a Irán a abrir sus reactores nucleares a las inspecciones internacionales "con total transparencia".

El dilema del crudo

Mientras medio mundo aplaude el acercamiento de Irán con la comunidad internacional, hay Estados que lo hacen, pero menos. ¿Por qué? Por el petróleo.Irán es el sexto productor mundial de crudo y el quinto con más reservas. Si Teherán cumple con los compromisos, el país volverá al mercado internacional.

El director de asuntos internacionales de la Compañía Petrolera Nacional Iraní, Mohsen Qamsari, ha explicado tras el acuerdo en Viena que él país quiere volver a "maximizar la capacidad de exportación de crudo a Europa y de restaurar una participación de un 42 a un 43% en el mercado europeo antes de la imposición de las sanciones". En este marco, Irán ha anunciado que está en disposición de sacar al mercado medió millón de barriles, pero los analistas advierten que no se producirá de manera inmediata, "se demorará al menos un año debido a que debe primero cumplir con términos del acuerdo nuclear y reactivar los pozos que están parados", apunta Goldman Sachs.

Los expertos consideran que además el país necesitará inversión extranjera para reactivar la producción de las instalaciones que han estado paralizadas durante los dos últimos años. El sector petrolero iraní está obsoleto por la falta capital y el desarrollo industrial. "Se está produciendo una auténtica revolución en el precio del mercado de hidrocarburos", señala Jesús de Salvador, que además añade que, "la incorporación iraní al mercado es una manera de asegurar que los precios no sólo se mantendrán bajos, sino que podrían caer todavía más". En este sentido, desde el IEEE destacan que la entrada de unos 2 millones de barriles adicionales de petróleo iraní al día va a afianzar esta política de precios bajos, sin embargo, "hay que esperar la reacción de Arabia Saudí, que con su capacidad amortiguadora de la oferta petrolera tiene un efecto potencial sobre los precios superior al de estos dos millones de barriles. La lógica indica que los árabes intentaran minimizar la repercusión económica manteniendo los precios bajos". Para el Instituto español, a corto plazo, los países exportadores se verán perjudicados en sus ingresos, sobre todo los que tienen gran dependencia de dicha exportación como Venezuela o Rusia u otros productores emergentes en áfrica o Iberoamérica.

Una opinión que se ha visto respaldada por las últimas previsiones de Latinoamérica del Fondo Monetario Internacional. El organismo ha vuelto a recortar sus previsiones de crecimiento para la región que se estima, se expandirá a penas un 0,5% durante 2015 y un 1,7% en 2016. Alejandro Werner, director del FMI para Latinoamérica ha señalado que el acuerdo es "una mala noticia, para los países exportadores de crudo de la región, ya que un aumento de la oferta, "será una valla adicional" En el proceso de recuperación gradual en los precios del petróleo.

En América Latina, Venezuela y Ecuador, ambos miembros de la OPEP, son los principales países exportadores, aunque Brasil y México son también productores importantes.

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