La Central Nuclear de Garoña no reabrirá

El Ministerio ha tomado esta decisión después de estudiar las 17 alegaciones presentadas por instituciones, asociaciones y empresas personadas en el proceso y ha tenido, además, en cuenta, la necesidad de disponer de la planificación que el Gobierno tiene previsto adoptar en materia de energía y clima según informa en un comunicado. Según esta planificación -el conocido como mix energético- Garoña no refleja un peso importante en la producción de energía nacional debido a que es la única central que «lleva más de cuatro años sin funcionar y durante este tiempo se ha constatado que la falta de producción de energía eléctrica de esta central no ha tenido una repercusión significativa en el sistema eléctrico». La central nuclear dispone de capacidad para generar solo 466 megavatios de potencia eléctrica, una potencia significativamente inferior a la de las centrales nucleares que se encuentran funcionando en España, todas ellas con una potencia de más de 1.000 megavatios. Tras la declaración del cese definitivo de la explotación, el MINETAD ha de conceder, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), la autorización de desmantelamiento y, posteriormente, la declaración de clausura. Desmantelamiento de Garoña A partir de ahora se abre el proceso para desmantelar Garoña que se llevará a cabo tras la solicitud de ENRESA, empresa encargada de llevar a cabo estas actividades, que además deberá pedir la transferencia de titularidad de la central. Pero previamente, Nuclenor deberá  llevar a cabo un  predesmantelamiento con una serie de labores requeridas como descargar el combustible gastado almacenado en la piscina, para lo que es necesario construir un Almacén Temporal Individualizado (ATI) con capacidad suficiente para almacenar todo el combustible gastado y  haber acondicionado los residuos generados durante la explotación (los residuos radiactivos de baja y media actividad que se gestionan por ENRESA en El Cabril. Este proceso se estima que se llevará a cabo en un plazo total de 10 años aunque el Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR) no establece un tiempo determinado, pero las previsiones generales de ENRESA estiman que el desmantelamiento se iniciaría en seis años después de la parada definitiva y duraría unos 10 años.

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