La decadencia de la canciller de hierro

La política hacia los refugiados que ha liderado la canciller alemana Angela Merkel le está costando caro. Su en principio espíritu de solidaridad hacia quien busca refugio en Europa podría acabar con su hegemonía. Al menos su popularidad pasa por horas bajas y el populismo en su país crece como la espuma. Los últimos comicios regionales, los celebrados en Berlín y en el estado de Mecklemburgo-Anteporemania, han mostrado la caída de su partido, la Unión Cristianodemócrata, y el auge de la ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). Un hecho histórico a apenas un año de que Alemania celebre elecciones generales sin saber aún si Merkel será la candidata por su partido. Sin embargo, a pesar del duro golpe que supone para ella directamente el resultado de las elecciones regionales, no parece que la canciller quiera bajarse del carro y cambiar la política migratoria que ha defendido en Bruselas a capa y espada. Merkel sigue confiando en su forma de actuar pese a un claro rechazo del electorado. En el estado alemán donde los populistas irrumpieron como segunda fuerza, el estado de Mecklemburgo- Anteporemania, no se ha sufrido directamente la llegada masiva de inmigrantes. Pero aún así, se apunta a ese motivo la victoria de la derecha radical. También es el estado federado en el que Merkel tiene su distrito electoral en las generales y en el que la CDU ha gobernado junto con los socialdemócratas durante una década. La situación llevó a Merkel a tener que dar explicaciones durante su participación en el G20 que se celebró en China a principios de septiembre. La incertidumbre que se vivía en Berlín no era ajena a la canciller y desde Hangzhou tuvo que saltarse su regla de no hablar fuera sobre la política nacional alemana. En sus palabras hubo espacio para reconocer la culpa, consciente de hacia donde puede llevar su insistencia con la política de puertas abiertas a los refugiados, pero no para el arrepentimiento. Según señalaba la propia canciller, todo seguirá igual. «Creo que las decisiones de los últimos meses han sido correctas», defendió. Después llegaron las elecciones en Berlín y Merkel volvió a sufrir otro revés. Alternativa por Alemania (AfD) conseguía hacerse hueco por primera vez en el parlamento de la capital consiguiendo más del 14,3% de los votos, a costa del retroceso de la CDU, que registró los peores resultados de su historia. Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de octubre

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