"Periodo considerable de tiempo". Las cuatro palabras mágicas más esperadas de las últimas semanas por los mercados. Y Janet Yellen no ha defraudado. La presidenta de la Reserva Federal (Fed) ha dejado claro que no tiene la más mínima prisa en variar su política monetaria, ante una economía que sigue expandiéndose a un ritmo moderado con una inflación que se mantiene aún por debajo de su objetivo.
Como estaba previsto, la Fed también ha recortado en otros 10.000 millones, hasta los 15.000 millones de dólares al mes, su programa de estímulo (QE3). Pero en el comunicado previo al discurso, el organismo ya mostraba su preocupación por una economía que, según sus perspectivas, seguirá cayendo en los próximos dos años. En concreto, ha rebajado de nuevo sus previsiones de crecimiento para este año del 2,1%-2,3% que manejaba en junio hasta el 2%-2,2 %. Para 2015 sitúa la tasa entre el 2,6% y el 3%.
La institución central confía en que la tasa de desempleo caiga por debajo del 5% para 2017. Aún así, también reconoce que "los salarios han repuntado muy poco", y que la tasa de desempleo sigue siendo superior al nivel que la mayoría de los miembros del FOMC considerarían como normal en el largo plazo.
Como ya advirtió en el momento en el que sustituyó a Ben Bernanke, Yellen ha asegurado que este no será un indicador definitivo para variar su política monetaria. Dada las fuertes expectativas que los inversores habían depositado en estas palabras, Yellen ha querido dejar claro que la ya famosa frase de tiempo considerable "no es un concepto de calendario ni un código de tiempo".
La presidenta de la Fed se ha limitado a señalar que el organismo se encuentra más que cómodo con los tipos en mínimos, asegurando que las perspectivas no han cambiado mucho respecto a su visión de junio. Es decir. No hay ninguna prisa para cambiar unos intereses que desde diciembre de 2008 se mantienen entre el 0 y el 0,25%.
Eso sí. La presión de los halcones dentro del Comité (que también ha discutido la baja inflación en Europa) se ha dejado notar. Según desvela el comunicado, no ha habido unanimidad en la decisión de tipos. El presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, y su homólogo de Filadelfia, Charless Plosser consideran que los tipos tendrán que subir antes de lo que el banco central piensa.
¿Cuándo será la primera subida?
Diversos informes privados apuntan a un adelanto en la subida de tipos, entre ellos los analistas de UBS y Bank of AMerica Merrill Lynch, que en un reciente documento, apuntaba a que la primera subida se producirá en junio de 2015, y no en septiembre como habían estimado inicialmente. Su teoría es que las tasas vayan aumentado cada dos reuniones durante el primer año y medio, con techo en el 4%.
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, también explica que "probablemente acierten aquellos que esperan un cambio de guidance sobre los tipos de interés oficiales. Nada dramático, es cierto. Pero mayor margen de maniobra en el futuro pasa ahora por retirar promesas de tipos nulos a medio plazo".
En este escenario, parece evidente que el apetito por el riesgo no será esta vez el gran impulsor de las Bolsas. "Lo más razonable es reducir algo exposición a mercado (bolsas y bonos) antes del miércoles por la tarde si nuestro perfil de riesgo es defensivo o conservador o, alternativamente, si en el actual momentum de mercado sentimos mal de altura o cierta aversión al riesgo", explican los expertos.
Y es que por si fuera poco con los frente abiertos, hay que recordar que el viernes es cuádruple hora bruja en el mercado, lo que puede disparar la volatilidad si las cosas no salen como el consenso espera. "La situación a corto plazo está cogida con alfileres y bastaría un SI a la independencia en Escocia para tener que modificar toda la estrategia de inversión", explican desde Bankinter.
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