El indicador sitúa la confianza de los inversores en 0,14 puntos entre octubre y diciembre pasados sumando así dos trimestres consecutivos de descensos. La parte positiva es que el índice está en terreno positivo desde el cuarto trimestre de 2014, después de dos años y medio en terreno negativo. Hay que tener en cuenta, además, que la encuesta se realizó en el último semestre de 2015, antes de la volatilidad de principios de 2016.
La incertidumbre pesa en el ánimo de los inversores que no ven clara la mejora de la economía y su fortaleza así como la volatilidad de los mercados. El 53 % de los encuestados todavía considera que el fin de la crisis se producirá dentro de más de cuatro años, y el 27 % estima que el PIB bajará en los próximos seis meses, un porcentaje que es cinco puntos superior al que se registró en el tercer trimestre.
Sin embargo, por otro lado hay un mayor optimismo sobre la evolución de la bolsa española y el 30 % de los encuestados cree que subirá en los próximos seis meses, frente al 27 % que mantiene su fe en las bolsas europeas. Los mercados emergentes y la bolsa japonesa son los que suscitan menos optimismo sobre futuros avances.
En cuanto a los productos donde piensan invertir los españoles en el próximo semestre, continúa el avance de los activos de ahorro a largo plazo, frente a los depósitos o libretas de ahorro. El indicador señala que ha aumentado en casi cuatro puntos los inversores que centran su atención en los fondos de inversión, renta variable o fija y planes de pensiones, que suponen el 21 % del total.
Por regiones Andalucía y Aragón fueron las más optimistas entre julio y diciembre de 2015 mientras que Cataluña y Castilla y León las más pesimistas.
La encuesta de confianza de J.P. Morgan se ha realizado sobre una muestra de 1.421 entrevistas a inversores españoles de más de 30 años y que son consumidores de productos de ahorro e inversión como acciones, fondos, letras del Tesoro, Bonos del Estado o depósitos.
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