"Una explosión social sería peor. Nadie quiere eso, pero la paciencia de la gente tiene un límite" asegura el líder opositor Henrique Capriles mientras el Gobierno dice que no hay tiempo suficiente para organizar un referéndum este año. Capriles, sin embargo, cree que sería perfectamente posible llevarlo a cabo antes del 30 de octubre o 6 de noviembre.
Se trata de una encrucijada complicada para Maduro ya que si pierde un referéndum este año, el Consejo Electoral convocaría unas nuevas elecciones en Venezuela y, según las encuestas, tendría muchas probabilidades de perder. Sin embargo, la pérdida de un referéndum después del mes de enero provocaría la sustitución de Maduro por su vicepresidente, dejando al partido socialista en el poder hasta la próxima elección presidencial prevista para finales de 2018.
Venezuela está inmersa desde hace dos años y medio en una grave recesión económica que está provocando escasez de productos básicos y el cierre de comercios y fábricas como la estadounidense Kimberly Clark que ha sido reabierta por los propios trabajadores auspiciados por el Gobierno. La situación ha llevado incluso a la apertura de fronteras con Colombia, cerradas desde el año pasado, para que los venezolanos puedan adquirir comida y medicamentos.
La oposición culpa de ello a las políticas socialistas de Maduro y su antecesor, Hugo Chávez mientras el Gobierno lo atribuye a la caída de los precios del petróleo y a una guerra "económica", dirigida por la oposición y las empresas estadounidenses.
hemeroteca