Las claves para el desbloqueo político en España

El 31 de octubre es la fecha límite para que las fuerzas políticas lleguen a un acuerdo que evite que se celebren terceras elecciones. Tras la comunicación de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el fallido intento de Rajoy al Rey; está en la mano del monarca convocar a los portavoces de los partidos para proponer de nuevo a un candidato. En la pasada legislatura, tras el fracaso de Pedro Sánchez, optó por esperar a que las negociaciones maduraran para una nueva designación con posibilidades de salir presidente en una investidura. Finalmente, esperó hasta la última semana antes de cumplirse el plazo previsto en la Constitución para llamar a consulta a los políticos y constatar la falta de acuerdo para encarar la disolución de las Cortes Generales y convocar unos nuevos comicios.

La prudencia también marcará la gestión de las atribuciones que le otorga la Carta Magna para nombrar a un nuevo candidato en este nuevo período de negociaciones. Ante el bloqueo político se abren varias posibilidades para salir de esta situación. Aunque no se esperan grandes movimientos de los principales partidos (PP y PSOE) hasta que no se celebren las elecciones gallegas y vascas, sobre todo las vascas. El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, dejó muy claro que siempre que los populares no giren sus políticas hacia el País Vasco no cambiarán su voto. El dirigente vasco fue muy duro con las medidas económicas que había tomado Mariano Rajoy y la falta de voluntad para establecer un "pacto bilateral" con Euskadi que reconociera la nacionalidad y la singularidad del territorio. Pero su posición podría cambiar si el 25 de septiembre Iñigo Urkullu necesita socios de Gobierno para mantener la lehendakaritza. Con la presión de Podemos en el País Vasco, donde algunas encuestas dan al partido de Pablo Iglesias como primer fuerza política, el PP podría ser la muleta para mantener al PNV en el poder, a cambio de los cinco diputados en una futura investidura de Mariano Rajoy.  

A los populares solo le faltaría un voto para auparse con la mayoría absoluta si mantienen el pacto con Ciudadanos y el apoyo de Coalición Canarias, si los cinco diputados nacionalistas vascos votaran a favor de Rajoy. Por un voto sería difícil que el PSOE persistiera en su negativa y todas las miradas se volcarían al diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, que se presentó en coalición junto al PSOE en las pasadas elecciones.

Otra de las claves es la aprobación de los Presupuestos Generales, en los que ya se ha entrado en unos plazos muy ajustados para sacarlos adelante en este año. Las cuentas de 2017 estarían marcadas por la presión y las consignas de la Unión Europea de cumplir con la disciplina fiscal después de haber cedido en un años más el cumplimiento del déficit. Esta situación está precedida de la apertura del Procedimiento de Déficit Excesivo. El Gobierno en funciones de Rajoy ha decidido no abordar la aprobación del techo del gasto ni aprobar un decreto para actualizar las pensiones y los salarios a los funcionarios para presionar al PSOE ante el riesgo de la renovación automática de los presupuestos.

España tiene de plazo hasta el 15 de octubre para enviar a los organismos europeos un Plan Presupuestario. Si no se enviarían los antiguos presupuestos. La situación provocaría no poco desconcierto en Bruselas, que esperaba que el nuevo Gobierno que saliera de las urnas del 26J asumiera nuevos ajustes y la nueva senda de reducción del déficit. La prórroga condena a la asfixia financiera a las Comunidades Autónomas, ya que estaba previsto que los objetivos de déficit se elevarían al 0,7% en lugar del 0,3% actual.

La presión económica ante esta perspectiva solivianta aún más a los barones territoriales del PSOE contra Pedro Sánchez. Varios miembros como Guillermo Fernández Vara ya se ha pronunciado a favor de abstenerse, pero no es el único, Javier Labám, Ximo Puig y Emiliano García-Page han pedido un nuevo Comité Federal para "abrir un período de reflexión". La rebelión interna dentro del partido de Sánchez es una de las bazas de Rajoy para salir triunfal de una futura investidura.  

Guste o no a los barones socialistas el sapo de investir presidente a Mariano Rajoy es demasiado grande para los militantes y votantes del PSOE. Por lo menos Sánchez debería justificar muy bien esta decisión ante la opinión pública para que por lo menos fuera solo una difícil digestión. La invitación de Rivera de esta semana de dejar gobernar al PP para influir, bloquear e impulsar distintas políticas no es suficiente argumento para Pedro Sánchez. Pero sería más fácil de vender si consigue la cabeza Rajoy y el PP presenta otro candidato. Sería un movimiento inesperado que obligaría al PSOE a reconsiderar su posición y abrir una mesa de negociación para la legislatura ante su adversario político.

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