Las encuestas elaboradas por YouGov a principios de año mostraban que en lugar de haber una posición positiva o negativa, muchos votantes parecen tener un enfoque condicional, centrados en temas muy concretos como la inmigración.
En este contexto, Barclays señalaba que la reciente lección de la consulta escocesa es que "los sondeos tienden a subestimar el apoyo al statu quo. Así, si el Gobierno es capaz de conseguir las reformas referentes a la actual libertad de circulación dentro de la UE, junto con la tendencia a mantener este statu quo, se podría estar infravalorando el apoyo a mantenerse dentro de la Unión".
Sin embargo, ¿qué pasa sin finalmente se produce el tan temido Brexit? Recordemos que no son pocos los expertos que destacan este posible evento como uno de los riesgos clave de este año, pues podría ser un catalizador que desencadene una "oleada de ventas", opina David Lafferty, estratega jefe para Estados Unidos de Natixis Global AM. Mientras, Tanguy Le Saout, responsable de renta fija europea y vicepresidente ejecutivo de Pioneer Investments, reconoce que "seguimos manteniendo la cautela sobre la inversión en deuda pública británica con los niveles actuales de rendimientos ofrecidos".
Así, Capital Economics resume en siete los canales a través de los cuales el resto de la Unión Europea podría verse "golpeada" por la salida de Reino Unido. Primero, el comercio: el impacto no será "enorme" pues las exportaciones a este país son "sólo" un 10% del total de la UE, ahora bien, algunos países importantes, como Alemania, han registrado importantes superávits comerciales con Londres.
Segundo, la inversión directa extranjera: "Reino Unido cuenta con unos 500.000 millones de euros invertidos en la Unión, parte de los cuales se podrían perder en caso de que el Brexit derivase en la imposición de aranceles al trabajo o el capital. Tercero, el sector financiero: este impacto sería positivo pues muchas de las grandes entidades podrían cambiar a otros centros financieros como París o Frankfurt, que ganarían importancia. Cuarto, el presupuesto de la UE: Londres "es el segundo mayor contribuyente a las cuentas de la UE tras Alemania, con cerca de 13.500 millones, un 9% del total (0,07% del PIB de la región)"; si bien es cierto que su capital sería cubierto por otros estados miembros, no podemos olvidar que ha sido uno de los grandes garantes de la disciplina presupuestaria que podría verse mermada con su marcha.
Quinto, la inmigración: "Reino Unido recibe más migrantes desde el interior de la Unión que cualquier otro estado miembro, excepto Alemania", su marcha podría suponer muchos problemas para las economías de la Zona Euro donde el desempleo es alto y las presiones salariales débiles. Sexto, el ritmo reformista: "Su ausencia podría finalmente permitir que el resto de países avancen más rápidamente hacia una unión más estrecha, lo que sería positivo", ahora bien, probablemente una UE sin Reino Unido implementará políticas más proteccionistas que debiliten las perspectivas de crecimiento.
Séptimo, la confianza y la influencia: "La UE se encuentra en un estado precario, con el PIB de la mayoría de los países aún por debajo de lnivel de 2008, los flujos de refugiados presionados sobre los recursos y los responsables políticos que sin saber cómo por responder. La pérdida de un miembro importante dañaría la confianza dentro de la región y reducir su influencia en las negociaciones globales, dándole menos margen para negociar a favor de sus economías".
Finalmente, el Brexit confirmaría que la Unión no es irrevocable, que si un país puede salir, otros también podrán seguirle. La confianza en la UE sufriría un duro golpe, afirman estos expertos, "y podría ver amenazada su propia existencia".
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