Pese al desafío que supondría, las grandes empresas españolas han manifestado su intención de seguir apostando por el mercado británico, pero con excepciones. Telefónica está planeando su salida con la venta de su filial O2, después de adquirir hace diez años la compañía. «La libra está aguantando bien y teníamos coberturas, desde el punto de vista del balance, Telefónica está protegida», ha explicado la compañía en un comunicado remitido a Reuters. La empresa, que además está estudiando una venta parcial o total de su filial de infraestructuras Telxius ha dicho que no tenía prisa por tomar una decisión en ninguno de los dos casos. «Queremos poner en valor este activo (Telxius) pero no hay ninguna decisión tomada, no hay calendario ni interno ni externo y tampoco ha habido ninguna decisión del consejo», dijo. «No tenemos ninguna presión para tomar una decisión sobre O2», agregó. El resto de compañías seguirán en el país, aunque no esconden que desde el punto de vista empresarial lo mejor es que Reino Unido siga formando parte de la Unión Europea. España está particularmente expuesta al sector financiero británico a través de Santander y Sabadell (propietario de TSB). Según los datos de Afi, se estima que Santanter UK es depositario de entre el 10% y el 20% de las cuentas corrientes británicas, mientras que TSB tiene depositadas en torno al 5%. Ana Patricia Botín, presidenta de Banco Santander, se manifestó de esta manera en un foro financiero internacional: «Independientemente de lo que decidan vamos a estar allí aunque yo creo que Reino Unido debe seguir en la UE, no podemos pensar que se van a marchar y nada va a pasar, yo tengo confianza que se tendrán en cuenta las cosas importantes», dijo la banquera. A cierre del primer trimestre de 2016, el mercado británico aportaba el 23% del beneficio atribuido del grupo, siendo la región más importante para el banco. Para tranquilizar a los accionistas, la presidenta del Banco Santander ha emitido un comunicasdo en el que asegura que siguen «tan comprometidos como siempre con nuestros equipos y clientes en Reino Unido». Declaraciones con las que busca dejar claro su compromiso con el país británico. El otro banco español con fuertes intereses en las islas es el Banco Sabadell después de la adquisición de la filial de Lloyd’s TSB. Josep Oliú, presidente de la entidad, minimizó los riesgos en su última comparecencia pública: «Nuestro negocio es puro retail, no hacemos mercados mayoristas, grandes corporaciones… no estamos expuestos a grandes riesgos estructurales». Pero sí mostró su preferencia para que el Reino Unido se quedará dentro: «La alternativa más probable es quedarse en la UE, cuanta mayor estabilidad, mejor para el banco». Tras el anuncio de que el Brexit será efectivo, el presidente del banco Sabadell, Josep Oliu, ha emitido un comunicado en el que asegura confiar en el libre comercio y la libertad de movimiento de capitales para que la decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea no tenga consecuencias graves. «El resultado de la consulta no cambia la estrategia de Banco Sabadell en el Reino Unido», sentencia Oliu en su comunicado. El banco quiere mandar un mensaje de tranquilidad y aunque asegura que es muy probable que se produzca un periodo de incertidumbre, espera que este se solucione a medio y largo plazo. Todos los expertos coinciden en señalar que el sector bancario español es uno de los más expuestos al Brexit. Aparte de las dos entidades señaladas, muchas otras tienen intereses o inversiones en el país. Oficinas de representación, cuentas corporativas y banca privada obligan a las empresas financieras a estar en el principal mercado de capitales de Europa. Desde Fitch ya han advertido de este riesgo para el sector bancario español, cuya exposición a la posible salida triplica la de la media de la UE. Según el Banco Internacional de Pagos, la exposición a activos británicos se eleva hasta los 480.000 millones de euros, prácticamente la mitad del PIB. Una cifra que solo es superada por los bancos estadounidenses y alemanes. Otra de las principales compañía afectadas por la decisión del Reino Unido es Iberdrola. Desde que en abril de 2007 la compañía eléctrica adquirió la compañía ScottishPower, lo que supuso la mayor operación en la historia del grupo, con un desembolso de 17.200 millones de euros. El compromiso de la multinacional presidida por Ignacio Sánchez Galán con el mercado británico es total. Este año ha anunciado una inversión de 2.500 millones de euros en un parque eólico marino en el país y también ha adelantado el cierre de Longannet, una central térmica de carbón, lo que supondrá un deterioro de 287,8 millones de euros, según explica el grupo en las cuentas de 2015 presentadas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Ahora solo queda esperar que ocurrirá con estas fuertes inversiones de la compañía. IAG, dueña de Iberia y British Airways ha explicado en un comunicado que, «tras el resultado del referéndum en Reino Unido, y dada la actual volatilidad del mercado, IAG (…) ya no prevé generar un incremento absoluto en el beneficio de las operaciones similar al registrado en 2015». El año pasado la firma registró un beneficio de las operaciones de 2.325 millones de euros, un 67 por ciento o unos 930 millones de euros más que en 2014. Reacciones en los mercados Con la apertura de los mercados las empresas españolas con una mayor inversión en el Reino Unido han sido las más afectadas. Arcelor Mittal e Iberdrola se desplomaban un 19%, y Telefónica y Ferrovial se hundían más del 18%, Santander ha abierto más tarde y su descenso supera a los demás con un 24%. Las caídas se han ido estabilizando, pero los descensos no bajan de los dobles dígitos. Sin embrago, no solo se han visto lastradas las empresas con posicionamiento en las islas. Caixabank, Bankia y BBVA han abierto con caídas superiores al 20% pese a no tener exposición a ese país.
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