Al arrancar 2016, el estratega jefe de Natixis Global Asset Management (AM), David Lafferty, resumía en cinco tendencias sus expectativas para este ejercicio que ya toca a su fin. Esperaba una mejora en el crecimiento de los desarrollados (aunque solo “un poco”), pocas variaciones en la política monetaria de los bancos centrales, subidas en Bolsa (con prudencia ante eventos como el Brexit o la Fed), recuperación del crédito frente a la deuda soberana, y rebote de los emergentes en la segunda mitad del año. “Tendencias similares, pero más dispersión” “Desde hace algún tiempo, en general, nuestras ideas principales pasan por una economía global que gana terreno, apuntalando las ganancias corporativas y la renta variable, y presionando al alza los tipos, disminuyendo los retornos de los bonos”, recuerda este experto al presentar las tendencias para 2017. La evolución reciente del mercado (sorpresas como la salida de Reino Unido de la Unión Europea o la victoria de Donald Trump en Estados Unidos), añade, “no han cambiado estos principios, aunque han reducido el nivel de confianza de nuestras visiones tanto sobre la macro como sobre los mercados”. La economía global gana tracción Y es que, apunta Lafferty, aunque la tríada del republicano (menos impuestos, gastos en infraestructuras y desregulación) podría impulsar el PIB norteamericano del 2% a cerca del 3%. En resumen, “el crecimiento mejorará, pero no a un ritmo rupturista”. También avanzará Europa, pues lo peor para España, Portugal o Grecia “ya ha pasado”, pero esperan un “divorcio desordenado entre Reino Unido y la UE” y esto será un lastre. En Asia, “pocos cambios en las tendencias de Japón”, mientras China continúa como “comodín”: no se ha producido el ‘aterrizaje forzoso’ pero la “burbuja de deuda sobre la que se apoya puede resultar insostenible a largo plazo. No sabremos si en 2017 será cuando estalle”. Por ello, el gigante asiático es el principal riesgo a sus perspectivas globales. Limitado potencial en Bolsa Las estimaciones de crecimiento de Natixis Global AM apoyan que “el mercado alcista que se inició en 2009 continuará en 2017”, pero, advierten, una vez más la previsiones de beneficio parecen demasiado optimistas, mientras las valoraciones son altas. Por otra parte, “el potencial de la renta variable puede verse también limitado por las alzas de tipos y la inflación. Y, es más, “el rally post-electoral puede que ya haya ‘robado’ buena parte del potencial a las acciones en 2017”. Así, la firma cree que habrá “retornos sólidos, pero no espectaculares”. Hay valor en renta fija El ‘efecto Trump’ (más inflación, tipos y crecimiento) ha disparado las rentabilidades de la deuda en un movimiento que asusta a no pocos inversores, sin embargo, estos expertos creen que “subirán las yields, pero no habrá un desastre”, y es que, recuerdan, partimos de niveles mu bajos. Dentro, por tanto, del universo de la deuda soberana creen que la mejor apuesta serán los bonos ligados a la inflación (TIPS) estadounidenses y también los títulos municipales. Menos oportunidades en crédito En el plano de las tendencias del crédito corporativo, detalla Lafferty, “hay evidencias de que las causas para el optimismo han disminuido. La deuda ‘BBB-‘, high yield o convertible, por ejemplo, ofrecieron un valor convincente el año pasado. Pero aunque el riesgo de madurez, la baja probabilidad de recesión o la ventaja sobre los bonos de más calidad se mantienen, lo cierto, es que los diferenciales más ajustados y las cuestiones corporativas pueden derivar en una mayor sensibilidad de tipos (…) Hay sectores con atractivo, pero la brecha con el papel soberano se ha reducido”. Principales riesgos Además del elevado endeudamiento de China, Natixis Global AM apunta como principales peligros de 2017 al desarrollo de las políticas del “inexperto” Trump, un Brexit “desordenado” y una sorpresa de la inflación”. Menos confianza en las previsiones Todo esto, lleva a Lafferty a aclarar: “Tenemos menos confianza en casi todos los escenarios económicos y de mercado de 2017 (…) pues la dispersión entre los casos base y las expectativas de retorno se han ampliado drásticamente (…) en un mundo con elevadas valoraciones tanto en Bolsa como en deuda, la beta (exposición general al mercado) puede ser menos convincente que el alfa (selección entre acciones, bonos y diferentes activos). Así, nuestro escenario central optimista para el próximo año enmascara un mayor potencial de crisis (…) la paciencia de los inversores será puesta a prueba el ejercicio que viene”, concluye.
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