«Latinoamérica sigue siendo un destino atractivo de inversión»

A vueltas con los emergentes, la confianza y los mercados han sufrido un duro golpe este verano y las estimaciones de crecimiento también. Pero, aunque China parece el punto de partida de este flujo de pesimismo, el FMI ha mantenido sin cambios sus predicciones y espera que el PIB repunte un 6,8% este año y un 6,3% el próximo. Mientras su ralentización, el desplome de las materias primas y la expectativa de una política monetaria más "dura" en Estados Unidos, sumada a las debilidades internas de muchos países, han llevado a Latinoamérica y el Caribe a ver recortadas sus expectativas.

En concreto, el organismo internacional calcula que esta región se contraiga en 2015 un 0,3%, frente al crecimiento del 0,5% previsto en julio, para repuntar un 0,8% en 2016. Venezuela y Brasil, con caídas del 10% y del 3% del PIB, respectivamente, son los países con "peores augurios" (la recesión continuará el próximo ejercicio), junto a Ecuador (-0,6%), a los que se suma Argentina (que este año crecerá un 0,4% para caer un 0,7% el siguiente).

Por su parte, Bolivia (4,1%), Panamá (6%), Nicaragua (4,7%), Paraguay (3,0%), Costa Rica (3,0%), Guatemala (3,8%) u Honduras (3,5%), mantienen ritmos de crecimiento saludables. También México (2,3%), Colombia (2,5%), Chile (2,3%) y Perú (2,4%), aunque se revisan ligeramente a la baja las previsiones.

En este contexto, el gurú de los mercados emergentes, Mark Mobius, de Franklin Templeton, "rompe una lanza" a favor de Latinoamérica que, "en general sigue siendo un destino atractivo para la inversión a pesar de los ‘vientos en contra’ de corto plazo". Y es que, explica, esta región posee "unas de las mayores y de más bajo coste fuentes de materias primas del mundo", que van desde el petróleo, a los metales, pasando por minerales y productos agrícolas…

Esta firma considera que, más allá del particular vía crucis que están sufriendo las commodities, la demanda a largo plazo mejorará al tiempo que tanto las economías desarrolladas como las emergentes aumentan sus tasas de crecimiento.

"Los rápidos avances tecnológicos han impulsado a Latinoamérica en su paso por las distintas etapas de desarrollo", subraya. "También creemos que una de las principales razones para ser optimistas sobre la región está ligad a las tendencias demográficas, pues los grupos de edad más jóvenes dominan las poblaciones de estos países, al contrario que en los desarrollados, donde la ciudadanía envejece".

Así, concluye: "El mercado tiende a mirar al futuro, mientras que las estadísticas económicas lo hacen al pasado. Esto a veces conduce a una falta de coincidencia. En los momentos de turbulencias, buscamos inversiones que creemos han sido injustamente castigadas por la crisis de confianza y que parecen infravaloradas. Recientemente, hemos viendo varias de esas oportunidades en un buen número de valores latinoaméricanos".

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