Un nivel de formación alto, alrededor de 15 años de experiencia laboral y cuyos negocios operan en una alta variedad de sectores. Estas son las principales características del perfil de la mujer emprendedora digital. La mayoría de sus start-ups hacen uso de tecnologías disruptivas y para un número elevado iniciar un proyecto supone una gran […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 11 may 2021
Un nivel de formación alto, alrededor de 15 años de experiencia laboral y cuyos negocios operan en una alta variedad de sectores. Estas son las principales características del perfil de la mujer emprendedora digital. La mayoría de sus start-ups hacen uso de tecnologías disruptivas y para un número elevado iniciar un proyecto supone una gran oportunidad. Sin embargo, la financiación y el background socioeconómico respecto al de sus compañeros varones difiere a la hora de lanzarse a la aventura de crear su propia empresa.
En las últimas décadas, el emprendimiento digital y tecnológico se ha convertido en el principal motor de creación de valor de la economía, una industria en la que la presencia femenina todavía es limitada. En España solo un 14% de las fundadoras y cofundadoras son mujeres. Así lo muestra el informe El emprendimiento digital femenino: situación y prospección, elaborado por el Instituto de la Mujer, con el objetivo de realizar la primera radiografía de esta situación para entender las motivaciones, los retos y las necesidades con las que muchas todavía se encuentran a la hora de crear su negocio.
Según se desprende del citado documento, el valor de la innovación tecnológica tiene su origen en las propuestas digitales. En este contexto, la impulsora del estudio y presidenta de W Startup Community, Teresa Alarcos, explica que el patrón obtenido se repite igualmente en otros mercados como el europeo y el estadounidense, donde la “brecha de inversión” también es una realidad. No obstante, para haber llegado hasta su posición, la experta comenta a DIRIGENTES que se trata de trabajadoras con una experiencia “sólida” y “dilatada”. En un 98,9% de los casos son licenciadas y más de un 60% también han estudiado un máster.
Las start-ups digitales fundadas por mujeres están presentes en todas las industrias, entre las que sobresale el uso que se hace de las tecnologías disruptivas. De ellas destaca la Inteligencia Artificial, el big data y las aplicaciones web, seguidas por el blockchain, la robotización y el desarrollo de software. Otra de sus características atiende a la juventud de estas compañías emergentes, ya que el 95% tienen menos de 10 años, un dato relacionado con el desarrollo de su crecimiento.
En esta línea, Alarcos menciona el “dinamismo” y la “internacionalización” de la plantilla, pero también su reducido tamaño como la tónica habitual que las caracteriza. El 70% cuenta con entre cero y cuatro empleados y la mayoría no sobrepasa los 10, un 88,2%. Al profundizar en su estado, el análisis detalla que, en términos de facturación, la gran mayoría de start-ups (92%) no llegan al millón de euros. Y, de hecho, una parte importante se encuentra por debajo de los 100.000 euros (72%).
Para este año, las previsiones de las emprendedoras son positivas y pretenden visibilizar su papel como sector tractor de la economía. Una de cada cuatro cree que duplicará sus ventas en 2021 y un 25% que contratará entre 10 y 14 empleados.
Una de las principales dificultades que se encuentran las trabajadoras a la hora de poner en marcha su empresa reside en la financiación. Por ello, este factor podría tratarse de una de las razones por las que las compañías lideradas por mujeres suelen ser más pequeñas que las de los hombres. Así, el 60% de las encuestadas afirma que ha debido apoyarse en su familia y amigos para emprender, al no haber logrado acceder a fuentes de financiación temprana. “Les cuesta más conseguir el capital semilla”, explica Alarcos, mientras subraya cómo a partir del quinto año se aprecia un incremento de ingresos, debido a que se trata del momento en que consiguen una “financiación más abundante”.
Por todo esto y con el fin de reducir la brecha en la inversión, el Instituto de la Mujer recomienda impulsar ideas que faciliten el acceso al crédito inicial, “potenciar el rol de los business angels y Pre series A”, así como “crear fondos públicos de capital semilla y herramientas de crowdfunding, además de incentivos y deducciones fiscales para los inversores y mecenas”. Asimismo, pese a las dificultades mencionadas, los resultados del informe son positivos y sobresale el crecimiento exponencial de la mayoría de las start-ups. Las emprendedoras siguen apostando por proyectos donde ven “oportunidades de negocio” y para una de cada cuatro, poner en marcha sus iniciativas no supone una novedad. Por ello, hasta un 70% lo recomienda.
Englobado en este ecosistema, recientemente están surgiendo nuevas industrias que tratan de promover la conciliación, así como facilitar el salto al emprendimiento. Parentech se alza como una solución a este escenario, basado en un conjunto de start-ups de base tecnológica cuya finalidad reside en ofrecer servicios a las familias, relacionados con el cuidado del hogar y el entretenimiento de los hijos. Nannyfy, Familiafacil, Poinplaces y Pandabox son algunas de las compañías más representativas y en su mayoría están lideradas por mujeres.
Por su parte, el movimiento #motherfounders, mujeres madres emprendedoras, ha nacido con el fin de aumentar la independencia de las trabajadoras. En España todavía está dándose a conocer, mientras que en Estados Unidos y Latinoamérica está expandiéndose con gran fuerza.