Durante el año pasado, según una encuesta de Popcoin -el gestor digital de Bankinter-, dos de cada cinco españoles, con capacidad de ahorro, decidieron invertir en algún producto financiero. Según este informe para el 51% el objetivo de la inversión era la conservación del capital, más que la eventual rentabilidad (36%), y el 41% estaba satisfecho con obtener un beneficio del 5%, mientras que un 24% afirmaba conformarse con batir la inflación.
Del mencionado estudio se desprende que existe un alto porcentaje de personas que invierten menos de 10.000 euros. Para éstos, encontramos los fondos monetarios, que son activos de renta fija a corto plazo y que ofrecen una rentabilidad aproximada de 0.10%, activos de renta fija a mayor plazo, que pueden llegar a rentabilidades de 0.5% y los activos de renta variable que tiene una rentabilidad anualizada del 6%.
Por tanto, el pequeño inversor ¿cómo debería actuar?. Según el analista de XTB, Joaquín Robles, “podemos diferenciar tres tipos de inversor: conservador, moderado y agresivo, siempre atendiendo a la situación personal de cada individuo, así como el objetivo que tiene para el ahorro”. Y matiza que en estos momentos es complicado obtener una rentabilidad que supere a la inflación sin asumir riesgo. “Los bonos están en mínimos históricos presionados por los altos niveles de incertidumbre y las compras mensuales de activos por parte del BCE. Mientras que la renta variable, a pesar de haber ofrecido una rentabilidad de doble dígito durante este año, se encuentra en los niveles mas altos de la última década a media que los principales datos macroeconómicos están empeorando”.
Robles indica que “conociendo como está ahora la situación, para una cartera conservadora aconsejaría invertir el 90% del capital en un fondo monetario, y el 10% restante en renta variable. Con esta distribución la rentabilidad anualizada podría llegar al 1% anual”. En este caso el rendimiento es muy bajo, pero el principal objetivo para este perfil es la preservación del capital.
“Si nos vamos a un perfil moderado, la distribución del capital sería el 30% monetario, 30% activos de renta fija y 40% de renta variable”. El experto indica que con esta distribución se pueden optar a rentabilidades ligeramente superiores al 3%, ya que todavía sigue habiendo una alta exposición a renta fija.
Y ante un perfil “agresivo”, desde XTB proponen destinar un 10% de fondos monetarios, 20% en activos de renta fija y el 70% en renta variable, con un objetivo de rentabilidad anualizada cercana al 6%.
Joaquín Robles comenta que hasta hace poco los inversores españoles invertían la gran parte de sus ahorros en productos de renta fija, sin embargo, la escasa rentabilidad que estos ofrecen ha provocado un mayor interés por los productos de renta variable. Esta situación ha obligado a los inversores españoles a adquirir una mayor cultura financiera, ya que cada vez son más los clientes que desean sentirse partícipes en sus decisiones de inversión.
2020-01-23 11:32:33