Los movimientos de los mercados no serán fáciles de predecir este año

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Por cisne negro se entiende en economía todo acontecimiento imprevisto que tiene potencial para trastocar el curso actual de un mercado dado. Y, parece innegable que 2020 ya está teniendo el suyo: la crisis de salud pública global que está sembrando de incertidumbre los principales mercados financieros.

Los analistas podrían seguir acertados en sus análisis del mercado de divisas

Quizá el único mercado financiero que todavía será razonablemente predecible este año será el de las divisas internacionales (Forex). El motivo de esta certidumbre es que la epidemia del coronavirus no hace sino confirmar la debilidad de las economías europeas que ya llevaba meses ejerciendo una presión bajista en las tasas de cambio de libra esterlina a dólar y de euro a dólar.

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Antes de la crisis del coronavirus, las divisas del Viejo Continente llevaban ya meses en caída libre frente al dólar debido a los pobres resultados macroeconómicos, a la resaca del brexit, a la desaceleración industrial y a las políticas monetarias expansionistas que el Banco Central Europeo todavía no ha retirado y que le están dejando prácticamente sin munición. Si a estas presiones bajistas sumamos la propagación del coronavirus por territorio europeo, que ya está dejándose notar por ejemplo en la actividad económica italiana, no hay realmente motivos para pensar que los análisis realizados antes de la llegada de este cisne negro vayan a cambiar de sentido: todo apunta a que el dólar seguirá mostrando fortaleza.

Los mercados de renta variable serán muy difíciles de pronosticar

La cosa ya cambia cuando hablamos de los mercados bursátiles mundiales: todo es posible y los análisis de hace un mes pueden ser totalmente inútiles e incluso contraproducentes hoy. No todos los sectores sufrirán del mismo modo el impacto negativo del coronavirus, pero prácticamente ninguno se librará a más corto o largo plazo de sufrir las consecuencias de sus ramificaciones financieras. Por ejemplo, la contracción inicial de la industria del turismo hará que un productor de vinos vea mermada sus ventas.

Cabe destacar también que resulta muy difícil anticiparse a posibles movimientos de venta irracionales que atiendan más al nerviosismo que a los indicadores propios del análisis fundamental de acciones bursátiles. Se trata de una de las principales incógnitas que trae consigo cualquier cisne negro, ya que es bien sabido que el dinero es poco amigo de la incertidumbre. Todo depende en última instancia de cómo los agentes económicos perciban la gravedad de la situación y de cómo las autoridades logren o no transmitir calma y control.

2020-03-11 19:35:06

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