En 2013, el comercio mundial de medicamentos supuso 486.000 millones de dólares, en torno al 2,4% de todo el comercio de ese año. Según un informe de la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO) y la OCDE, la industria farmacéutica hizo 182.296 solicitudes de registro de marcas en 2013 y 79.278 solicitudes de patentes. Este sector está muy integrado en la economía mundial y, tal y como muestran los datos, también está muy ligado a los derechos de la propiedad. Esto hace que los fármacos sean especialmente vulnerables a las falsificaciones; de hecho, es la octava industria más afectada por la piratería y la falsificación en términos de valor. El informe muestra que el comercio mundial de estos “falsos fármacos” alcanzó en 2013 (el último año analizado en el informe, de 2016) los 11.900 millones de euros, el 3,3% de todo el comercio de estos productos en el mundo. Es importante tener en cuenta que al hablar de “falso fármaco” entendemos tanto aquellos que han violado los derechos de propiedad intelectual (que hayan falsificado una marca, por ejemplo) como los que han falsificado sus ingredientes o carecen de algún tipo de principio activo. Es decir, estos productos no solo producen pérdidas económicas en cuanto a derechos de propiedad, sino que también pueden suponer un peligro sanitario, medioambiental y social. India, el centro de la piratería Entre 2011 y 2013, India fue el principal país productor de estos medicamentos falsificados, y fue el origen del 55% del valor total. En segundo lugar se situó China (33%) y, a mucha distancia, Emiratos Árabes Unidos (4%) y Hong Kong (3%). A la Unión Europea llegan estas falsificaciones principalmente desde India, China y Hong Kong. Según el informe de la OCDE y la EUIPO, Yemen es uno de los principales puntos de tránsito para el tráfico de estas falsas medicinas. Desde ahí, y procedentes de India, China y Singapur, los medicamentos viajan hasta África, a países como Egipto o Etiopía. Otros países, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Irán son también importantes puntos de comercio para estos productos, y desde ellos se exportan hacia África, Europa o Estados Unidos. También Hong Kong es otro punto de tránsito clave para el tráfico de medicamentos falsos, aunque los expertos no han conseguido determinar de qué país recibe la mercancía. Incluso Suiza podría ser un país clave para el comercio y utilizarse para incluir los fármacos en la Unión Europea, aunque tampoco se conoce de dónde procederían estos originariamente.
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