Los mercados emergentes, en el radar

Los mercados emergentes se encuentran en escena desde que comenzara el rally alcista en los mercados desarrollados. Muchos inversores optan por no entrar en este espacio debido a que consideran que puede haber un mayor riesgo, pero la realidad es que si se miran las cifras de los últimos tiempos las rentabilidades son sólidas. “Esta percepción de los mercados emergentes como un activo arriesgada ha dado lugar a una asignación insuficiente por parte de los inversores, incorporando una prima de riesgo estructural que, como resultado, ha propiciado que los bonos de mercados emergentes ofrezcan mejores rendimientos y menores riesgos en comparación con los bonos con calificación similar de los mercados desarrollados”, señalaba recientemente Ricardo Comín, director de ventas para Iberia y Latam de Vontobel. Según apunta Matthieu Genessay, gestor de H2O (firma afiliada a Natixis Global AM), desde la segunda mitad de 2016, los inversores se han vuelto cada vez “más constructivos en los activos de los mercados emergentes. Las expectativas de una subida en los precios de las materias primas también han sido “parte de la lógica de invertir”. En este sentido, sostiene, esperando el receso de verano en los flujos de inversión, “ha llegado el momento de reevaluar el riesgo de los mercados emergentes en el contexto de los “inversores que tienen exposición a estos mercados”. Esa es la razón por la cual su opinión es particularmente “cautelosa” sobre la deuda “en moneda fuerte”, donde los rendimientos esperados “no son atractivos debido a la alta correlación con los bonos del Tesoro estadounidenses”. Los mercados de deuda local ofrecen más valor, “pero sólo en países que ofrecen facilidades para el banco central, como por ejemplo México”. Así pues, H2O espera volatilidad en las acciones de los mercados emergentes. Las oportunidades son “más interesantes en el entorno local, pero son estables en un horizonte de inversión a medio plazo”. En los mercados de renta variable de mercados emergentes, su opinión es bajista mediante una exposición negativa al MSCI EM. La valoración parece elevada y, por eso, cree que “una apreciación potencial del dólar podría desencadenar salidas antes del final del año debido a mayores costes de financiación”. De esta manera, los sectores que son más atractivos son los menos correlacionados con una FED hawkish. Genessay apunta que “los servicios y la innovación ofrecen una mejor asimetría en comparación con los sectores relacionados con los productos básicos y la producción”.

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