Los mercados emergentes se caldean para la inversión

Los mercados emergentes cotizan con un descuento del 30% frente a los mercados desarrollados. Los últimos movimientos así lo contrastan. Un porcentaje superior al descuento del 25% promedio de los últimos 15 años. Según apunta James Donald, gestor de renta variable emergente de Lazard Asset Management, esto hace que «veamos oportunidades de valoración atractivas en renta variable emergente en un momento en que muchos países emergentes han mejorado su situación económica y muchas empresas están realizando cambios significativos y positivos en sus modelos operativos». En opinión del experto, la renta variable de mercados emergentes ha subido durante seis trimestres consecutivos debido a «las perspectivas de crecimiento global y la recuperación de los precios de las materias primas». Con un ratio de 12,6 veces beneficio, cree que las acciones de mercados emergentes «siguen ofreciendo una atractiva valoración frente a las empresas de mercados desarrollados, especialmente si las expectativas de beneficios continúan mejorando de manera sostenible». En la misma línea se muestra Jacques Henry, estratega de distribución de activos de Pictet WM, que explica cómo la rentabilidad de la renta variable de mercados emergentes supera este año a la de otros mercados bursátiles y las principales clases de activos.  De hecho, la rentabilidad por el índice mundial de mercados emergentes MSCI EM ha llegado a ser del 23% en dólares, 27% en acciones de Asia sin Japón. Los principales impulsores de estas rentabilidades son, apunta, «el aumento de los beneficios empresariales, atractivas valoraciones y efecto favorable de los tipos de cambio de las divisas». En concreto, el aumento de beneficios empresariales en mercados emergentes de Europa y Asia sin Japón puede superar 20% en 2017. En Asia sin Japón puede ser 23% este año y 11,3% en 2018, bastante superior a lo esperado para mercados desarrollados, lo que puede seguir así los próximos 18 meses. Hay que tener en cuenta, sostiene Henry, que en Asia emergente el crecimiento del PIB el primer semestre de 2017 ha sido 6% anualizado, con inflación moderada, lo que implica «poca presión para que los bancos centrales en la región endurezcan su política monetaria». Aunque esperamos que el crecimiento económico se modere en 2018, con desaceleración del PIB chino del 6,8% al 6,3%, sigue siendo fuerte. La renta variable de mercados emergentes, añade, tiende comportarse «mejor en un entorno de moderado debilitamiento del dólar«. Una apreciación del mismo beneficiaría a las acciones europeas en relación con sus pares de EEUU, «aunque afectaría a las acciones de países emergentes de alto déficit fiscal y por cuenta corriente». Renta fija Denis Girault, Responsable de Renta Fija en mercados emergentes de Union Bancaire Privée (UBP), asegura sobre la renta fija de países emergentes que “muchos inversores no se han parado a observar con detenimiento los cambios que están teniendo lugar en estos países. Por ejemplo, no hay consciencia de que casi el 65% de la deuda corporativa denominada en dólares (la moneda de referencia en este mercado) es investment grade”. Por eso, habla de las razones por las que invertir en estos activos. El atractivo de los bonos corporativos emergentes: “los bonos corporativos de países emergentes muestran una volatilidad menor que aquellos del mercado estadounidense”, asegura Girault. Así, el ratio de Sharpe, (que nos indica la rentabilidad en relación al riesgo) de los bonos corporativos de los países emergentes es más alto que el de los bonos norteamericanos. Analizando el contexto actual, “los inversores en búsqueda de bonos investment grade no deberían tener en cuenta asuntos geográficos y descartar los mercados emergentes desde un inicio, sino que deberían valorar muchos otros factores como los ratings. Un bono de un mercado emergente con una calificación de BBB no tiene más riesgo que uno con la misma calificación en EEUU o Europa”, ratifica el experto. Unificación del marco regulatorio: las compañías aseguradoras han avanzado en esta materia dada la entrada en vigor el pasado año de Solvencia II, la nueva le­gis­la­ción eu­ropea de se­gu­ros cuyo ob­je­tivo es in­tro­ducir un marco re­gu­la­torio ar­mo­ni­zado y ba­sado en el riesgo en la Unión Europea. Esto ha permitido que las compañías con una calificación de BBB, tanto alemanas como brasileñas, estén sujetas a los mismos criterios para calcular sus riesgos. Para Girault, “esta aproximación permite a los inversores tener una visión holística del riesgo y facilita las inversiones en otros países ya que el regulador no impone ningún impedimento relacionado con el país de origen de la compañía en la que se está estudiando invertir”. Buenas perspectivas: “los fundamentales económicos en los mercados emergentes probablemente seguirán mejorando y atraerán dinero a fondos especializados en esos mercados. Este año ya hemos visto un significativo aumento de los flujos de inversión” asegura Girault. Las oportunidades que existen en el contexto actual incluyen deuda emergente en dólares, que permite a los inversores tomar posiciones en la curva de rentabilidad de EEUU en un momento en el que la política monetaria de la Reserva Federal tiene mayor visibilidad. Aunque se incluya el coste del cambio de moneda, estos bonos están dando mayores rentabilidades que las inversiones en la curva de rentabilidad del euro.

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