Samsung ha anunciado que su beneficio operativo entre octubre y diciembre fue de 9,22 billones de wones (7.375 millones de euros), superando las previsiones, que situaban el beneficio en los 9,2 billones de wones (7.360 millones de euros). Los ingresos de la compañía se mantuvieron estables en este periodo en los 53,3 billones de wones (42.640 millones de euros) respecto al mismo período del año anterior, frente a una estimación de 53 billones de wones (42.400 millones de euros). La división de chips fue la más fuerte del trimestre, reportando un aumento de un 77% en su beneficio operativo respecto al año previo, hasta los 4,95 billones de wones (3.960 millones de euros). En cuanto a su negocio de teléfonos móviles, el beneficio operativo aumentó un 12% a 2,5 billones de wones (2.000 millones de euros), debido a que modelos como el Galaxy S llenaron el vacío dejado por el fin de la fabricación del Note 7 en octubre. Desde Samsung estiman que su beneficio caerá en el actual trimestre con respecto al anterior como consecuencia de «mayores gastos de marketing en el negocio móvil y menores ventas de televisores por una débil demanda estacional». Samsung Electronics obtuvo en 2016 un beneficio operativo de 29,2 billones de wones (23.358 millones de euros), un 10,7 por ciento más que el año anterior, pese a las pérdidas de su división de telefonía tras el fiasco del Galaxy Note. Además del varapalo que ha supuesto a nivel económico para la compañía la fabricación defectuosa de sus smartphones, Samsung perdió 10.000 millones de euros de capitalización bursátil la semana pasada, desde que su presidente y heredero de la compañía, Lee Jae-yong se viera involucrado en el escándalo de corrupción de la presidenta surcoreana Park Geun-hye.
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