Los recortes de los pequeños bancos

Grupo Unicaja, en su filial Banco de Caja España de Inversiones Salamanca y Soria (CEISS), anunció hace escasos días un ERE que afectaría a un máximo de 1.120 de sus empleados. Esta reducción chocó con lo esperado por los sindicatos, que auguraban un recorte de 400 empleos. Igualmente, es un recorte mucho mayor de lo solicitado por Bruselas, desde donde le exigían eliminar 250 empleos. El comunicado que remitió el banco recogía que el ajuste se debía, además de a las exigencias de Bruselas, también al «contexto económico en que se encuentra el sector financiero, que hace necesarias medidas adicionales de eficiencia». Además, señaló que reducirá costes con la integración informática y operativa de Caja España y Caja Duero, las dos antiguas entidades que conforman Banco Ceiss. Con esta medida, Unicaja busca terminar con el plan de reestructuración que se comprometió a cumplir con la Comisión Europea, en el que también se incluía centrar su negocio en su territorio de origen (Castilla y León, Madrid y Cáceres) y vender sus participaciones empresariales. Poco después, el banco anunciaba que trataría de reducir el número de despidos con nuevas medidas de flexibilidad, como recolocar a los empleados en otras empresas del Grupo, modificar las condiciones del trabajo para ahorrar costes o con prejubilaciones. Si finalmente se confirma ese recorte se sumaría a los 1.230 empleos que Unicaja recortó cuando tomó el control de Banco Ceiss en 2013. El caso de Liberbank Liberbank (resultado de la fusión de Cajastur, Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura) ha sido otro de los bancos que ya en 2013 presentó un expediente de regulación de empleo (ERE), aunque en su caso se ha topado en repetidas ocasiones con la justicia. Dicho ERE, vigente entre junio y diciembre de 2013, fue finalmente anulado en 2015 debido a que se estableció que se había vulnerado la libertad sindical al ser alcanzado el ERE solo con UGT y CCOO y sin contar con CSI y el Sindicato de Trabajadores de Crédito (STC-CIC). Tras la anulación, el banco tuvo que reconvertir 1.332 suspensiones temporales de contrato en 775 reducciones de jornada al 50% y 1.000 afectados por la merma de la jornada del 30% en solo 770. Sin embargo, y al margen de este polémico ERE, Liberbank alcanzó un nuevo acuerdo en diciembre de 2013 con los sindicatos representantes del 80% de la plantilla, que sigue actualmente en vigor y fue validado por el Tribunal Supremo en enero de este año. Además, el pasado octubre el banco anunció un nuevo ajuste de plantilla a través de bajas incentivadas dirigidas a aquellos empleados nacidos entre 1956, 1957 y 1958. El plan afectará en total a 612 trabajadores que pueden acogerse a esas bajas progresivamente desde el pasado 2015 y hasta 2017. El objetivo de estas medidas es, en palabras del secretario nacional de Banca y Ahorro de CSIF y representante del sindicato en el Banco CCM, José Manzanero, rejuvenecer la plantilla y el «cumplimiento de determinadas expectativas de este colectivo, por otro».

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *