Las recientes previsiones económicas del Ejecutivo prevén que la economía crezca a una velocidad de crucero del 3% en los dos próximos años. Los pronósticos se han visto refrendados por instituciones internacionales como la Comisión Europea o el FMI y un dato histórico de empleo en el mes de abril. Sin embargo, está mejoría que ha experimentado el PIB des finales de año está apoyada en factores externos incontrolables por el Gobierno. El plan de compras de activos por parte del BCE está reduciendo los tipos de interés, que facilita la financiación y reduce los gastos financieros del Estado, además de tirar del euro a la baja apoyando el mercado exterior. A ello se une el abaratamiento del precio del petróleo que además de reducir el saldo comercial, especialmente de una economía con dependencia energética, supone un aumento de la renta de los hogares y una bajada de la presión fiscal.
"A los factores temporales, cabe añadir ahora un elemento nuevo, las expectativas de unas condiciones financieras más laxas a raíz del programa de expansión cuantitativa implantado por el BCE. Este cóctel expansivo puede efectivamente acercarnos al 3% de crecimiento, en especial si el entorno financiero internacional sigue siendo benigno y si las administraciones públicas no aprovechan el viento de popa para reducir con mayor celeridad sus , señala el servicio de estudios de CaixaBank en un reciente informe.
Sin embargo, esta semana el economista jefe del Grupo BBVA, Jorge Sicilia, advertía que los vientos favorables no siempre van a durar. En los últimos días, se ha visto como los mercados de deuda pública se han vuelto a tensar por culpa de la falta de acuerdo con Grecia. El bono a diez años roza el 2% y la prima de riesgo, el diferencial que pagan los inversores entre la deuda alemana y española, se ha vuelto a disparar por encima de los 100 puntos básicos. En los tiempos en que la prima de riesgo estaba desbocada sobre los 400 puntos se calculaba que cada 100 puntos suponía medio punto de PIB.
Además, desde el inicio de año el precio de crudo se ha revalorizado un 20% hasta los 68 dólares. Los cálculos que manejan desde el Ministerio de economía es que cada veinte dólares de oscilación del petróleo supone una variación de cuatro décimas de PIB. El impacto puede ser mayor si el euro continúa depreciándose.
En este sentido, con las previsiones en la manos la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) cree que es factible que la economía alcance las tasa de crecimiento que pronostica el Gobierno pero estima que una variación al alza de los tipos de interés de un punto supondría un frenazo del PIB en los próximos años. Así como un crecimiento menor de lo previsto de los socios de la zona euro. Los riesgos geopolíticos como el conflicto entre Rusia y Ucrania, las tensiones que provoca Grecia o la desaceleración de China afectarán a la economía española, ahora mismo favorecida por el euro barato.
Ángel Laborada, director de coyuntura de Funcas, advierte que los riesgos inmediatos provienen de las turbulencias de los mercados financieros por Grecia y un aumento de tipos en Estados Unidos, pero también internos por el año electoral que deje "una gobernabilidad del país complicada tras las elecciones autonómicas y generales".
Además, del ciclo electoral BBVA Research señala que persisten importantes desequilibrios en la economía española como indica todavía la elevada tasa de paro y de endeudamiento, que "exigen que se continúen las reformas estructurales con efectos directos en la capacidad de crecimiento de la economía y en la sostenibilidad a largo plazo de las cuentas públicas".
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