"Prueben que he cometido un solo acto de corrupción e iré hasta la comisaría y me entregaré", dijo Lula en su primera aparición pública desde que fue formalmente acusado de corrupción.
Lula de Silva, quien es aún el político más popular de Brasil pese a que su Partido de los Trabajadores (PT) está inmerso en el escándalo de corrupción de Petrobras, ha contestado a los cargos que podrían llevar a su arresto y poner fin a su carrera política.
Tal y como informa Reuters, los fiscales brasileños acusaron al ex presidente de corrupción y blanqueo de dinero por supuestamente aceptar sobornos de firmas de construcción involucradas en un extendido esquema de favores políticos originadas en Petrobras, la gigante compañía gestionada por el Estado.
Lula dijo que colaboraría con los fiscales porque no ha cometido delito alguno y pidió respeto para su esposa, quien también fue acusada en un caso que involucra un lujoso departamento en la localidad costera de Guarujá, que según los fiscales fue entregado al ex presidente como soborno por la compañía de construcción OAS.
El ex mandatario de 70 años es considerado un héroe por muchos brasileños tras su gestión entre 2003 y 2010 en la que más de 30 millones de personas lograron salir de la pobreza.
Debido a su popularidad, el líder de izquierda no ha descartado presentarse a las elecciones presidenciales de 2018. Los sondeos indican que derrotaría a otros candidatos en primera vuelta pero que perdería en el balotaje. Sin embargo, una condena criminal le prohibiría presentarse a unos comicios durante ocho años.
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