Después de haber elevado durante 2019 ocho veces consecutivas su pronóstico de crecimiento del PIB para este año hasta un 2,30 %, el Banco Central de Brasil inicia marzo de 2020 con la perspectiva de que tal vez no superará el 2 % en los cuatro trimestres. Así ya lo considera, por ejemplo, el Bank […]
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| 04 mar 2020
Después de haber elevado durante 2019 ocho veces consecutivas su pronóstico de crecimiento del PIB para este año hasta un 2,30 %, el Banco Central de Brasil inicia marzo de 2020 con la perspectiva de que tal vez no superará el 2 % en los cuatro trimestres.
Así ya lo considera, por ejemplo, el Bank of America Merrill Lynch (BAML), que redujo la última semana de febrero su perspectiva a un 1,9 %, aumentando con ello la intranquilidad del gobierno de Jair Bolsonaro por la posibilidad de no alcanzar su meta.
Analistas locales especulan que esas proyecciones por debajo del 2 % podrían desagastar la relación de Bolsonaro con el super-ministro de Hacienda, Paulo Guedes, pero el propio presidente ha descartado esa interpretación.
El reporte más reciente del IBGE (instituto oficial de estadísticas de Brasil) indica que el PIB de 2019 creció 1,1 %, llegando a un 1,4 billones de euros, de acuerdo con lo esperado por, entre otros, Bloomberg. Pero estos números no llegan a lo que el Gobierno quiere para 2020.
Guedes ha afirmado en diversas oportunidades que las reformas económicas que propugna y las tasas de interés bajas impulsarán el PIB este año por encima del 2 %. Los hechos, sin embargo, hasta ahora no se alinean con esa visión y Bolsonaro ha expresado su inquietud por tal “falta de resultados”, pero cuidando bien de no mancillar la imagen de su brazo derecho.
Esta semana, nuevas proyecciones citaron el coronavirus como un factor que podrá reducir el resultado. Entre estas, el BAML ya mencionado, que argumentó que la epidemia “debería afectar negativamente las exportaciones”. Pero también el mercado local (que bajó de 2,20 a 2,17) y la OCDE (que mantuvo su 1,7 % en el reporte del 2 de marzo).
Así, “dado el mayor impacto esperado del virus y los indicadores de actividad económica mixta en curso en Brasil, reducimos nuestro pronóstico en otros 30 puntos básicos”, dijeron David Beker y Ana Madeira, economistas de esa casa, bajando de 2,2 a 1,9 % su nuevo cálculo.
La bolsa de São Paulo siguió los pasos de estas variaciones enmarcada en las bajas globales. Como efecto doméstico, fondos de inversiones se retiraron en busca de papeles en países que les ofrecen menos riesgo. Números aún no confirmados oficialmente dan cuenta de una salida de 3.500 millones de dólares en febrero.
Y a ese cuadro se le suma una nueva polémica disparada por Bolsonaro, que busca recuperar una imagen de éxito en su gestión frente a tales perspectivas y es su llamado a una manifestación popular contra la actividad del Congreso que, según él, no le deja aprobar las reformas necesarias para alcanzar sus metas de crecimiento.
La combinación de esos factores políticos, económicos y epidemiológico ha hecho que, tan sólo en un día (el miércoles 26, como lo informó Dirigentes), la bolsa B3 viera la salida de 600 millones de dólares, el mayor retiro de capital extranjero desde 1994. Iniciado factualmente el año brasileño este lunes (2), el Gobierno ha largado la carrera para la aprobación de las reformas.
Su primer desafío es la marcha que movimientos de derechas que apoyan al Gobierno han convocado para manifestarse, el próximo domingo (15), contra el Congreso. La iniciativa ha sido rechazada y criticada incluso por el ministro de Seguridad Institucional, el general Augusto Heleno Ribeiro, además de líderes políticos, como el presidente de la Cámara de Diputados. Bolsonaro, en tanto, ha dejado entrever que simpatiza con la iniciativa