Hace ya casi 4 años que un editorial de la revista Dirigentes alzaba la voz. Se titulaba "Hartos de tanto mangoneo" y cargaba contra el despilfarro económico en Europa por culpa de sus líderes políticos. "El grito más coreado en los despachos de las instituciones monetarias, de las empresas y corporaciones industriales o en las calles de las ciudades de medio mundo será ‘¡basta ya!’. La razón: que la gente está harta de tanto mangoneo político con el dinero público y privado, de tanto despilfarro, de tanto enriquecimiento personal o partidista y de tanto tiempo inútilmente gastado, que ha llevado al empobrecimiento generalizado en los países del mundo occidental", decía el editorial.
También por aquel entonces ya Dirigentes se adelantaba al futuro al hablar sobre Grecia. "La actitud de Grecia al incumplir de nuevo sus previsiones de déficit público, y negarse a realizar los ajustes impuestos por la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fueron quienes le salvaron del precipicio, inundándole de dinero para evitar la quiebra total, significa ‘un corte de manga’ a los políticos ‘chulesca’ que no se debe permitir".
La situación, casi 5 años más tarde, sigue siendo de ‘paripé’. Grecia alerta sobre las terribles consecuencias para la Unión Europea que podría tener su salida del euro. Y, en el otro lado de la tensa cuerda, la canciller alemana, Angela Merkel, mantiene el órdago lanzado hace unos meses al país heleno: ni un solo euro más hasta que cumpla con sus obligaciones.
El resto del ‘teatrillo europeo’, con el BCE a la cabeza, alienta la tensión para inversores y ciudadanos, pero todo no es sino una prueba más de la mofa de los políticos y la falta del respeto al contribuyente europeo.
Ya hace 4 años, Dirigentes se adelantaba al corte del grifo del crédito para Grecia: "Si Europa desea continuar con el euro y salvaguardar su proyecto, debería exigir con fortaleza a sus países que cumplan los ajustes necesarios e impuestos por Bruselas. En caso contrario, debería dejar de prestarles más dinero, advirtiéndoles de que los responsables de la quiebra de un país son los políticos que los gobiernan -más bien los desgobiernan- y que el único camino para salir adelante, hoy como hace mil años, es trabajar más y mejor, y gastar menos de lo que se ingresa. Lo contrario es la locura colectiva".
De hecho, el propio primer ministro griego, Alexis Tsipras, ya reconoció que es probable que volviera a convocar elecciones en el país, lo que habrá supuesto el fracaso del populismo.
Tal como concluíamos en nuestro editorial de antaño, es una situación muy preocupante, que los gobernantes del mundo deben resolver ya aplicando la receta de nuestros abuelos: ‘No gastar más de lo que se tiene’. Ya pueden empezar. En caso contrario, Europa será una utopía y todos caeremos en el abismo.
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