La propia entidad estadounidense hacía público que uno de sus trabajadores había robado y filtrado datos financieros y personales de un gran número de clientes que pertenecen a su cartera patrimonial. Aunque la firma ha resaltado que no se han generado pérdidas económicas, lo cierto es que su valor en bolsa se vio penalizado con una caída del 3% en Wall Street.
En un comunicado emitido por la propia compañía, se informa que el robo ha afectado al 10% del total de clientes de esa parte del negocio. "Aunque no existen indicios de pérdidas económicas para ningún cliente, se ha determinado que alguna información de las cuentas de aproximadamente 900 clientes, incluidos los nombres y los números de cuenta, ha sido publicada brevemente en Internet", afirmaba la entidad.
Mientras se lleva a cabo la investigación, el banco ha hecho hincapié en que seguirá reforzando la seguridad de sus clientes. Aunque se ha hecho público que el empleado ya ha sido despedido, no ha quedado claro la identidad del autor ni si ha sido arrestado.
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