Obligados a reinventarnos

El año 2020 nos ha enfrentado a la mayor crisis social y económica de nuestra historia reciente. El COVID-19 se ha llevado por delante millones de vidas en todo el mundo, ha trastocado nuestra manera de entender las relaciones personales y sociales y nos ha obligado a repensar nuestro modelo económico.

El shock que hemos sufrido es de tal magnitud que no basta poner en marcha un plan de recuperación para superar la crisis. Es necesario un proceso profundo de transformación económico y social. Tenemos que reinventarnos.

Y la vía para hacerlo son las reformas estructurales y los proyectos financiados con el mecanismo de recuperación europeo, conocido como Next Generation EU, que facilitará a España recursos por un importe de 140.000 millones de euros, que se ejecutarán a través del denominado Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Este Plan será una oportunidad inmejorable para la reconstrucción de nuestro país, lo que nos exige centrar los esfuerzos en diseñar las medidas más adecuadas para la transformación y modernización de nuestro tejido productivo y garantizar el pleno aprovechamiento de los recursos que vendrán.

En particular, debemos priorizar las actuaciones enmarcadas en las líneas estratégicas marcadas por las autoridades nacionales y europeas, como son la digitalización, la formación y la sostenibilidad, y a las que hay que añadir la internacionalización. Ámbitos, todos ellos, donde las Cámaras de Comercio pueden desempeñar un papel fundamental por su naturaleza pública, su capilaridad y sus veinte años de experiencia en la gestión de fondos europeos.

La digitalización es, sin duda, uno de nuestros mayores retos y la pandemia no ha hecho sino reforzar la percepción social y empresarial sobre la necesidad de priorizar la transición digital como palanca transformadora de nuestra economía, particularmente de las pymes que suponen más del 99% del tejido empresarial.

La sostenibilidad ha de ser el segundo gran vector de las políticas de recuperación y construcción para conseguir un modelo de crecimiento económico sólido y capaz de generar riqueza y empleo sin dañar el medio ambiente.

El tercer gran eje transformador es la formación, ya que para afrontar los grandes desafíos mencionados anteriormente –la digitalización y la transición ecológica- se necesita contar con un capital humano apto y capacitado para ello. En definitiva, se requiere talento, ya que este es el auténtico motor de desarrollo de un país.

España tiene, además, un cuarto eje de actuación prioritaria y este es la internacionalización. Aunque no aparece citada expresamente en el Plan Nacional de Recuperación es, en mi opinión, una palanca de crecimiento y transformación que debe situarse al mismo nivel de la transición digital y la transición ecológica.

Una de las claves para asegurar el éxito de este Plan de Reconstrucción será situar a la empresa en el centro de las actuaciones. El tejido productivo ha de ser el eje vertebrador de las medidas, ya que es el motor de la economía, creador de riqueza y empleo. No habrá reconstrucción ni transformación del modelo económico sin poner el foco y apalancarse en la empresa.

Opinión

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *