Fue muy emocionante ver cómo solo hace un año se producía la primera llamada 5G entre Castellsdefels y Madrid. Tras ella, muchos pensábamos que nos íbamos a quedar con la miel en los labios sabiendo que no podríamos repetir algo así hasta 2020 pero, sorpresa, el 5G está aquí. Vamos a hacer un pequeño repaso […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2019
Fue muy emocionante ver cómo solo hace un año se producía la primera llamada 5G entre Castellsdefels y Madrid. Tras ella, muchos pensábamos que nos íbamos a quedar con la miel en los labios sabiendo que no podríamos repetir algo así hasta 2020 pero, sorpresa, el 5G está aquí.
Vamos a hacer un pequeño repaso de cómo hemos llegado hasta el punto actual. El 2G hizo posible el uso de internet en móviles, con el 3G y 4G llegó la conexión ultrarrápida con la posibilidad de reproducir vídeo, y el 5G nos proporciona todo lo que ya teníamos, multiplicando su velocidad hasta 100 veces y sumando como novedad el IoT. Esto implica que cosas tan sencillas como descargar una película se hagan en segundos, tengamos video-llamadas sin cortes, y aplicaciones tan novedosas como coches que se conducen a través del teléfono. Pero vamos a ver cómo se vive esto ahora.
En términos de velocidad, en esta primera ola de 5G, estamos experimentando velocidades 10 veces superiores a las que ya teníamos con el 4G+, desde los 800 mhps hasta los 890 mhps. Para entender mejor esto y saber en qué nos ayuda, hoy se puede descargar una película HD en menos de 4 segundos o una lista de una hora en Spotify en un solo segundo, siendo 20 veces más rápido que con el 4G.
Hablemos de latencia. La latencia es el tiempo que tarda en transmitirse un paquete dentro de la red, los milisegundos que transcurren desde que se envía una orden desde un dispositivo conectado hasta que se recibe el primer bit de respuesta. Si con el 4G teníamos unas latencias mínimas de 100 milisegundos (ni un parpadeo), con el 5G llegamos a 1 milisegundo. Puede que no se note la diferencia cuando envíes un Whatsapp o veas unas stories en Instagram, pero donde se puede apreciar de forma significativa es en la subida y bajada de video. YouTube, Netflix o Amazon Prime Video no volverán a ser lo mismo.
Esa sensación cuando estás en el centro de la ciudad, un concierto o un partido donde hay mucha gente y no tienes casi velocidad de internet, con el 5G va a desaparecer. Al igual que en otros aspectos, la eficiencia se multiplica por 100. Las antenas 5G proporcionan conexión a un millón de personas por kilómetro cuadrado. Es cierto que ahora no hay conexión 5G en todos los puntos de las 15 ciudades españolas donde se ha instaurado, y que en interiores bajan las revoluciones, pero cada día nos acercamos más a una conexión total y eficiente.
Algo que interesa especialmente al consumidor es que el 5G supone un gasto menor. Como otras tecnologías, genera un menor consumo de la batería, en concreto hasta un 90% menos. Esto, sumado a la evolución que proporciona a la IA en móviles, hará que las tareas que desempeñen los dispositivos supongan cada vez menos esfuerzo, y que acciones como ver videos en HD impliquen menos consumo de batería.
Se dice que el 5G acabará con el 4G porque supone una evolución tan importante que empezaremos a ver cambios muy drásticos a corto plazo. Se estima que para 2023, se habrán comercializado alrededor de 1.900 millones de dispositivos 5G, más del 51% del total de dispositivos vendidos en los próximos 5 años, según un informe de Canalys.
La mala noticia es que, por el momento, solo podremos disfrutar de una pequeña parte de todo el potencial que ofrece la tecnología 5G. No será hasta que todas las operadoras se sumen a su despliegue cuando se pueda vivir la experiencia completa, como ya sucede en países como Reino Unido.