Siempre es curioso ver cómo los bebés imitan lo que hacen sus padres cuando delante de ellos mueven las manos y hacen muecas, pero ¿El bebé lo hace de forma innata o aprende a imitar? Según un estudio que la universidad de Queensland realizó a más de 100 bebés, la imitación no es algo innato […]
Dirigentes Digital
| 28 sep 2022
Siempre es curioso ver cómo los bebés imitan lo que hacen sus padres cuando delante de ellos mueven las manos y hacen muecas, pero ¿El bebé lo hace de forma innata o aprende a imitar?
Según un estudio que la universidad de Queensland realizó a más de 100 bebés, la imitación no es algo innato al ser humano, es decir es algo que el bebé aprende al observar cómo los adultos copian lo que ellos mismos hacen hasta que llegan a entender cómo funciona el juego.
Por el contrario, para el psicólogo Álvaro Bilbao esta conclusión puede ser un poco prematura, entiende que lo observado en el estudio puede ser debido a que dicha capacidad sólo se desarrolle cuando se alcance un nivel de madurez suficiente, como sucede con el habla o con el andar. No somos capaces de hacerlo hasta que no estamos preparados para ello.
Sea cual sea el origen de la imitación, una cualidad innata o una cualidad aprendida, en lo que si están de acuerdo todos los expertos es en su importancia determinante para el aprendizaje y la mejora en el ser humano. No en vano disponemos en nuestro cerebro de un conjunto de neuronas denominadas espejo dedicadas a este fin.
Al contrario que los bebés, las empresas tienen miedo a copiar, pero, como hemos visto, compararnos con lo que hacen otros es muy bueno. Tan bueno que nos permitirá mejorar nuestra calidad.
En el momento en que imitamos y nos comparamos con nuestros semejantes, probamos, comprobamos, testeamos para determinar qué es lo más correcto y eficiente. El imitar nos permite ser capaces de expandir nuestros límites y llegar más allá. Y bien, ¿de qué me sirve esta reflexión en el caso en que el producto software puesto en producción no alcance la calidad esperada?
Exacto, debemos imitar lo que hacen los demás para que la calidad sea óptima.
Cuando la calidad de nuestro producto software merma, lo primero que hacemos los profesionales del sector es mirar los procesos de calidad que hay implantados con el fin de identificar el eslabón que está permitiendo ese deterioro de la calidad, es decir cual no está imitando lo que se realiza en el mercado.
Esta actividad se llama “Diagnóstico de procesos de calidad y pruebas”. Los diagnósticos de calidad y pruebas son trabajos que los realizamos con el objetivo de medir cuantitativamente aspectos relacionados con la calidad durante los procesos de desarrollo y pruebas. La información resultante se proporciona en forma de indicadores cuyos valores expresan el estado de la calidad desde diferentes puntos de vista.
Es decir, estamos midiendo los procesos que define el mercado y que aplican en mi caso y para esos procesos determino qué indicadores nos permitirán determinar si están funcionando de forma adecuada. Una vez tengo los procesos y los indicadores necesito saber…
La segunda actividad es determinar el percentil del bebé. Seguro que me has entendido, es determinar los valores mínimos y máximos sobre los que deberían encontrarse los resultados de los indicadores del diagnóstico que hemos realizado en el punto anterior según la media del mercado para este tipo de producto. Esto significa que queremos establecer numéricamente la calidad que debe tener el producto software y el proceso de desarrollo.
Como haría un bebé, vamos a comparar con el desempeño de los bebés de su edad, vamos a compararnos con el mercado. Para asegurar que elegiremos los valores correctos buscaremos referencias de mercado y realizaremos un Benchmarking de calidad y pruebas.
El mercado está formado por muchas empresas de distintos sectores. Cada una desarrolla un producto diferente haciendo uso de unas tecnologías concretas y bajo unas metodologías de trabajo variadas. Confrontar los datos de nuestros indicadores y saber en qué posición estamos en relación con el resto es un trabajo delicado que debe realizarse por especialistas con experiencia. Varias compañías, entre ellas LedaMC, recopilan esta información en base de datos agregados poniendo a disposición de las compañías el poder consultar cuales son las tendencias del mercado con las cuales compararse.
Cuando tenemos claros los valores que nuestros indicadores deben mostrar, podemos marcar la estrategia del cambio para convertir los procesos o procedimientos que no son efectivos por unos adecuados y todo ello con la suficiente garantía como para confiar en que la elección se ha realizado en base al comportamiento de cientos o miles de proyectos.
Por tanto, si alguna vez llegamos a producción con un producto software cuya calidad es deficiente, para solucionarlo debemos recordar cómo se comporta un bebé. Aprender, imitar lo provechoso. Solucionar problemas de calidad software pasa por acudir a profesionales que nos ayuden a determinar el comportamiento de nuestros procesos y conjugar esos resultados con datos obtenidos de mercado que nos arrojan valores de métricas de software que garantizarán la eficiencia en nuestros procesos de pruebas.