La transformación digital es, hoy en día, el concepto más asociado con el crecimiento y el futuro de las empresas. Sin embargo, se trata de un cambio que no puede ocurrir sin un ingrediente clave: la agilidad organizacional. En otras palabras, sin la capacidad de reaccionar de manera rápida y efectiva a lo que sucede […]
Dirigentes Digital
| 10 ene 2020
La transformación digital es, hoy en día, el concepto más asociado con el crecimiento y el futuro de las empresas. Sin embargo, se trata de un cambio que no puede ocurrir sin un ingrediente clave: la agilidad organizacional. En otras palabras, sin la capacidad de reaccionar de manera rápida y efectiva a lo que sucede en el mercado al mismo tiempo que se sigue impulsando la innovación en toda la organización.
Y es que nadie puede predecir el futuro y los cambios sísmicos que pueden surgir rápidamente en su industria. Por eso, para la supervivencia a largo plazo de cualquier empresa, lo más importante es su capacidad para gestionar lo inesperado.
Debido a la importancia actual de este problema, en Workday hemos llevado a cabo un estudio global en varias industrias llamado “Agilidad organizacional a escala: la clave para impulsar el crecimiento digital”. Con él, teníamos dos objetivos: por un lado, identificar cómo las empresas están (o no) creando nuevos productos y servicios digitales, construyendo nuevas fuentes de ingresos netos con ellos y desarrollando modelos de negocio que los respalden; por otro, entender cómo aquellos que están viviendo el mayor éxito aprovecharon la agilidad organizacional para impulsar su crecimiento digital.
Según los resultados que obtuvimos, hay cinco comportamientos clave que son cruciales para la agilidad organizacional, y solo el 15% de los encuestados logró un alto rendimiento en todos ellos. Esto se traduce en que menos de 3 de cada 10 personas son quienes de verdad están logrando la agilidad en la organización de sus negocios, mientras que el resto están en proceso de llegar a la meta.
Dicho esto, creo que es importante analizar cuáles son estos comportamientos para que todos los líderes los tengan en cuenta en sus estrategias de negocio de cara al nuevo año en el que entramos.
Las empresas no pueden esperar 12 meses para descubrir si un producto o servicio es rentable o alcanza la cuota de mercado estipulada. Hay partes del negocio, especialmente las digitales, que requieren ciclos de planificación rápidos y continuos. Nuestro estudio indica que la planificación dinámica ayuda a las organizaciones a reaccionar rápidamente ante las cambiantes condiciones del mercado, así como ante las posibles amenazas para el negocio.
Así mismo, también es importante destacar que los principales obstáculos para lograr una planificación en tiempo real son las tecnologías heredadas inflexibles y la cultura organizacional burocrática.
Un cambio en los planes de negocio a menudo requiere de otras modificaciones en las estructuras de la organización o en los procesos, e incluso llega a demandar que se creen unos completamente nuevos. Las empresas que demuestran agilidad organizacional pueden realinear rápidamente sus dos activos más importantes, personas y finanzas, para cumplir con los requisitos de la organización.
Nuestro informe señala que quienes son verdaderamente ágiles construyen estructuras y procesos flexibles para adaptarse a los cambios, así como incluyen sistemas para comprender las brechas de habilidad en sus negocios. Una vez más, la tecnología inflexible y una cultura burocrática también impiden que las empresas construyan estructuras y procesos ágiles.
Muchas organizaciones han descubierto que una gran parte de sus ingresos recientes está directamente vinculada a habilidades que no existían hace apenas cinco años, las cuales cambian constantemente, apareciendo nuevas y dejando otras obsoletas. Las empresas deben fomentar y ayudar a sus empleados a desarrollar nuevas habilidades para respaldar el negocio y lograr más ingresos digitales.
Según el análisis que hemos llevado a cabo, las empresas más ágiles tienen cuatro veces más probabilidades que su competencia de mejorar las habilidades de sus empleados (75 por ciento) de acuerdo con los requisitos del talento del futuro. Además, más de las tres cuartas partes de los encuestados están de acuerdo en que, para retener el talento, la organización necesita un enfoque más fluido para crecer y fomentar el crecimiento profesional de los empleados.
En última instancia, son los trabajadores quienes consiguen que los planes de negocio se ejecuten con éxito, incluyendo ese enfoque digital del que venimos hablando. Los empleados deben contar con la información correcta y en el momento adecuado para tomar las mejores decisiones posibles para el negocio.
Por ello, los datos son esenciales para potenciar la toma de decisiones acertada, siendo las principales barreras para la democratización en la toma de decisiones la información desactualizada y los equipos aislados. El 80% de quienes cumplen con los cinco comportamientos indica que todos sus empleados tienen acceso a los datos que les son más útiles y relevantes, sin que haya ningún bloqueo que les imposibilite el acceso a los mismos.
La agilidad y la velocidad dependen de mediciones y controles robustos, precisos y oportunos. Las empresas necesitan saber rápidamente si un nuevo producto o servicio está funcionando bien, en cuyo caso podría necesitar de forma urgente una inversión financiera y de talento adicional; o si, por el contrario, no lo está haciendo, lo que indica que ambos activos pueden reducirse o reasignarse, y el producto o servicio sufrir cambios o finalizar su ciclo de vida. Es posible que también se requieran nuevas métricas para complementar las ya establecidas, con el objetivo de comprender realmente el impacto de las estrategias digitales en la organización.
Nuestro estudio demuestra que las empresas no cuentan con los marcos de medición adecuados para el nuevo mundo digital del trabajo. De hecho, solo el 25% de todos los encuestados dice que su organización ha hecho un progreso significativo al establecer métricas de rendimiento para medir cómo están creciendo los ingresos digitales. Esto es crucial, puesto que la investigación también indica que la acción rápida en inversiones fallidas cosecha mayores rendimientos. La mayoría de las organizaciones que anticipan un incremento de los ingresos digitales por encima del 50% en los próximos tres años están de acuerdo en que su negocio tiene el conocimiento y las herramientas necesarias para actuar rápidamente ante una inversión fallida en nuevas tecnologías.
Como ya he ido diciendo, ser ágil equivale a tener una gran ventaja competitiva frente al resto de adversarios en el mercado. No es una tarea fácil, hay que tener en cuenta muchos factores, pero las empresas deben mentalizarse pronto de esta necesidad si quieren seguir siendo los players de referencia en su sector. El futuro será de quienes inviertan los suficientes recursos y consigan inculcar esta filosofía en todos sus equipos. Espero que el 2020 sea el año para lograrlo.